Aragonés rescata el «España nos roba»: exige a Sánchez las balanzas fiscales para apoyar los Presupuestos
Según cálculos del Govern, el saldo es de 20.196 millones de déficit
Diada en plena guerra civil del separatismo: el Govern intenta blindar a Aragonés de los abucheos
Las famosas balanzas fiscales vuelven a asomar en la batalla de la Generalitat de Cataluña contra el Estado. Ahora, con los Presupuestos Generales del Estado a punto de entrar en su fase de negociación, el presidente Pere Aragonés quiere aprovechar lo que ellos consideran “un desagravio” para forzar a Pedro Sánchez a hacer públicas las diferencias inversoras en cada región a cambio de apoyar las cuentas. El mismo guión de los años previos al referéndum y con lo que lograron aumentar la base social del independentismo.
Según cálculos estimados, elaborados por parte del Govern, el saldo es de 20.196 millones de euros de déficit. Lo que supone un aumento de medio punto comparándolo con 2019, los últimos datos disponibles. De esta forma, dice la Generalitat, los catalanes aportan al Estado el 19,6% de su PIB mientras que las transferencias e inversiones en Cataluña se quedan en el 13,4%. El Ejecutivo catalán quiere que la administración estatal corrija la situación a la vez que proceda a la devolución de lo que consideran que se les debe.
Desde el Govern señalan que esos 20.196 representan el 53% del Presupuesto de la Generalitat. Lo que daría para financiar los departamentos de Sanidad, Educación y Derechos Sociales cada año. Sus cálculos estiman una media de déficit fiscal del 8% desde 1986. Consideran que se trata de una “deslealtad” en las relaciones entre el Estado y Cataluña “que se debe corregir”. No obstante, dicen en el gobierno autonómico, “el objetivo final, a corto plazo, debe ser gestionar el 100% de nuestro presupuesto”.
Tensiones
La publicación de las balanzas fiscales, que exige Aragonés, no persigue otra cosa que aumentar las tensiones territoriales -calmadas a día de hoy-. Este documento dejaría al descubierto que, además de Cataluña, otras comunidades como Madrid aportan mucho más de lo que reciben por parte de la administración del Estado. Lo que se conoce como solidaridad interterritorial para garantizar la equidad en el desarrollo de todo el país.
Argumentario
El tema económico cala muy bien entre los catalanes cuando hay que convencerles de algo. Fue así, en 2012, como el entonces presidente Artur Mas inició el proceso separatista tras el ‘no’ de Mariano Rajoy a atender a su larga lista de peticiones. Un listado entre el cual ya figuraba la publicación de las balanzas fiscales. El discurso del independentismo, con aquella famosa frase fake de España nos roba, consiguió disparar la cifra de partidarios de la secesión.
Ahora Aragonés quiere usar el mismo argumentario, con el Gobierno vendiendo la mayor inversión de la historia en Cataluña, para volver a ampliar la base social de su proyecto de ruptura. Todo a un año vista de que, según lo acordado en la hoja de ruta de ambas administraciones, la mesa de negociación tenga que dar sus frutos. La Generalitat sigue reclamando un referéndum que, en público, el gabinete de Pedro Sánchez rechaza.