La alcaldesa de Vich permite que el lazo amarillo de apoyo a los golpistas adorne el árbol de Navidad

La alcaldesa de Vich, Anna Erra i Solà (PDeCAT), permite que el lazo amarillo en apoyo a los golpistas encarcelados adorne el árbol de Navidad que se coloca todos los años en la Plaza Mayor de la localidad barcelonesa de 43.287 habitantes.

El lazo amarillo es el símbolo utilizado por los separatistas para pedir la excarcelación de los ex miembros del Govern que todavía siguen en prisión incondicional. Este mismo lazo aparece encabezando la web del Ayuntamiento como en la foto de presentación de la alcaldesa.

La misma regidora también permitió a mediados de noviembre que se pusieran unas celdas en la Plaza Mayor para que la gente pudiese «solidarizarse y sentirse como los presidentes encarcelados de las dos entidades, o como los ocho miembros del Gobierno catalán cesado que también están en centros penitenciarios», en alusión a los ex conselleres ingresados en prisión incondicional.

Estas celdas fueron montadas por la ANC, Òmnium Cultural y el comité de defensa de la república (CDR) de la comarca de Osona. Estas entidades separatistas instaban a los ciudadanos a encerrarse voluntariamente por turnos de dos horas en estas jaulas.

El pasado lunes, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena decidió mantener en prisión incondicional al ex vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, al exconseller Joaquim Forn y a los presidentes de ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.

El magistrado también ordenaba la libertad bajo fianza de 100.000 euros para los exconsellers Raül Romeva, Carles Mundó, Dolors Bassa, Meritxell Borrás, Josep Rull y Jordi Turull.

Los separatistas instrumentalizan la Navidad

La Navidad es otro de los ámbitos que los independentistas buscan instrumentalizar en su desafío al Estado de Derecho. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, utiliza el alumbrado de la ciudad  para pedir la libertad de Junqueras y los ‘Jordis’, formando la palabra «Lliures (libres)» con las luces.

También pretendió iluminar las fuentes de Barcelona de color amarillo para dar su apoyo a los golpistas encarcelados, aunque la Junta Electoral ordenó su prohibición al considerar que esto atentaba contra la obligación de neutralidad de la institución.

En la Feria de Santa Lucía también se venden las figuras tradicionales del belén, como los Reyes Magos o el Niño Jesús, disfrazadas con la bandera independentista de la estelada.