Garzón cree que los hombres no quieren comer menos carne porque «ven afectada su masculinidad»
Alberto Garzón vuelve a pedir a los españoles que reduzcan el consumo de carne. Una propuesta que ya fue en su día muy polémica y que recibió incluso el rechazo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien desautorizó al ministro de Consumo con aquel recordado: «A mí donde me pongan un chuletón al punto… Eso es imbatible». Garzón lo recuerda en una entrevista en la que advierte también de que la mayoría de críticas procedían de hombres que «sentían que su masculinidad se vería afectada por no poder comer un trozo de carne o hacer una barbacoa». Por el contrario, las mujeres, opina el ministro, se muestran más abiertas a este mensaje.
Así responde el también líder de Izquierda Unida en una entrevista este domingo en el diario The Guardian. Garzón insiste en que comer menos carne jugará un papel esencial para evitar el impacto del cambio climático, por el que España se vería muy afectada. «La gente sabe el papel que juegan los gases de efecto invernadero pero tienden a vincularlo con los automóviles o el transporte», señala el ministro al citado medio. Sin embargo, añade, «recientemente se ha empezado a observar el impacto de la cadena de consumo animal, especialmente, de la carne». Un asunto, considera, que está ya avanzado en otros países pero que en España «ha sido tabú».
«Si no actuamos», prosigue Garzón, nos enfrentaremos al cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. «Sería el final para un país como España», alerta. «España es un país de la cuenca mediterránea y la desertificación es un problema muy grave porque dependemos mucho del turismo. Visitar un desierto no es tan atractivo como visitar la Costa del Sol», argumenta.
Es por ello, dice, que los españoles no tienen que dejar de comer carne por completo pero sí reducir su ingesta y asegurarse de que sea de buena calidad, por el bien de su salud y del medio ambiente. Así, sugiere que se consuma carne procedente de la ganadería extensiva, sostenible y con mucho peso en regiones como Asturias, Castilla y León, Andalucía o Extremadura. «Lo que no es sostenible son las mega-granjas», se queja el ministro, que «contaminan el suelo y el agua y exportan carne de mala calidad de animales maltratados».
En la entrevista se recuerda la desautorización a Garzón por parte de otros miembros del Gobierno, que él atribuye a diferencias en los programas y políticas de los socios de la coalición. Admite igualmente que era consciente de que la propuesta generaría polémica.
«Sabíamos que el tema sería controvertido, pero era necesario. Otros países, como Alemania, Reino Unido o Francia, van por delante», explica. Y atribuye la mayoría de las críticas a hombres que, aparentemente, «sentían que su masculinidad se vería afectada por no poder comer un trozo de carne o hacer una barbacoa».
No obstante, Garzón se muestra convencido de que en España se acabará abriendo un debate público sobre el consumo de carne. El medio recuerda también otras polémicas del ministro, como la reciente «huelga de juguetes» y destaca que esas iniciativas han provocado controversia y críticas, especialmente por parte de la derecha. En este contexto, se hacen eco de la respuesta de la líder de Vox en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, quien aseguró que estas Navidades se va «hinchar a comprar muñecas y cunas a las niñas» y a sus sobrinos «coches, tractores, tanques, grúas y arcos».
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