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Albares prohíbe a los ministros acusar de «genocidio» a Israel para evitar la ruptura total

Albares abroncó a las ministras Robles y Ribera por referirse a lo que ocurre en Gaza como "genocidio"

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Joan Guirado

La escalada de radicalización del PSOE respecto a Israel y Palestina ha obligado al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a impedir a los ministros socialistas usar el término «genocidio» para referirse al conflicto en Oriente Medio. En los últimos días, en el fragor de la campaña electoral, la vicepresidenta y candidata, Teresa Ribera, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, se refirieron a la actuación israelí como «un genocidio». El jefe de la diplomacia ha tenido que actuar para evitar la ruptura total de las relaciones por parte del Gobierno de Benjamín Netanyahu.

Ante esta situación, el pasado martes el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación reprendió en privado a Ribera y Robles antes de la reunión semanal del Consejo de Ministros en la que se aprobó el reconocimiento de Palestina. Posteriormente, en público, se limitó a decir que él no puede controlar lo que dicen los miembros de Gabinete de Sánchez. Aunque, realmente, sí lo está haciendo para evitar un mal mayor. El gabinete de Netanyahu ha amenazado a España con responder con dureza a su cambio de posición diplomática.

Albares considera que hay que esperar a la decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que estudia una demanda de Sudáfrica para «dilucidar» si en la Franja de Gaza se está produciendo un genocidio. El jefe de la diplomacia española, según les trasladó a sus compañeros de Gobierno, cree que hay que esperar a que se pronuncie la CIJ antes de emplear esa terminología.

En una entrevista previa al desfile por el Día de las Fuerzas Armadas el sábado de la semana pasada, la ministra de Defensa señaló que «lo que está pasando en Gaza es un auténtico genocidio». Robles se convertía así en la primera y hasta entonces única ministra del ala socialista del Gobierno en hacerlo.

Posteriormente, se le sumó Teresa Ribera. La vicepresidenta y candidata a las europeas, dos días después de la ministra de Defensa, afirmó que «es algo muy parecido a lo que algunas personas entendemos en términos comunes y, desde luego, a título personal, así lo entiendo yo como genocidio». El presidente, Pedro Sánchez, según ha podido saber este periódico, también quería referirse en estos términos cuando el ministro le frenó.

Albares ha afirmado en los últimos días que el Gobierno va a apoyar «cualquiera que sea la sentencia» que emita la CIJ, igual que ha respaldado las medidas cautelares que ha venido dictando, incluida las del viernes pasado reclamando a Israel que parara la ofensiva en Rafáh. «Sus decisiones son obligatorias», ha afirmado, igual que respaldará al Tribunal Penal Internacional (TPI) si decide emitir órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, su ministro de Defensa y los líderes de Hamás, como ha solicitado el fiscal jefe, Karim Khan.

Robles recula

Tras la bronca propinada por parte de Albares a Robles, este lunes la ministra de Defensa, Margarita Robles, rechazó calificar de «auténtico genocidio» la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza, como sí hizo la semana pasada, y se limitó a trasladar su apoyo al plan de paz presentado por Estados Unidos. En el marco de una visita a la base militar madrileña de El Goloso, Robles fue preguntada por si «sigue considerando que hay un auténtico genocidio en Gaza».

En esta ocasión, la ministra declinó entrar en consideraciones, limitándose a señalar la existencia del plan de paz y a pedir un alto el fuego en la región y la liberación de los rehenes israelíes, extremos ambos incluidos en la hoja de ruta planteada por Washington.

Robles sí profundizó en su opinión del plan de paz estadounidense, señalando que le parecía «muy positivo». «Es una línea de trabajo que apoyamos y es absolutamente imprescindible que se ponga en marcha cuanto antes», zanjó.

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