Tiene 79 años. En estas casi ocho décadas de vida en La Palma, Domingo Guerra, es de los pocos palmeros que puede presumir de haber sido testigo de las últimas tres erupciones que se han producido en la isla canaria. Este miércoles explicaba su historia a los micrófonos de OKDIARIO con un resumen perfecto de la voz de la experiencia: «La erupción de 1971 fue un espectáculo grandioso, ésta es una catástrofe».
Guerra, párroco de la iglesia de El Paso, salvada pese el paso de la lava del volcán muy cerca, recuerda que «los tres volcanes han sido diferentes y mi perspectiva de verlo también». En 1947, cuando erupcionó el volcán de San Juan, él tenía seis años. Asegura que «fue muy difícil llegar a casa en la noche con la nube de ceniza que había». Su recuerdo de entonces es que lo vivió «como una tragedia, porque era un niño y mis padres trabajaban en el campo».
De la erupción del volcán Teneguía, en 1971, este vecino de La Palma se queda con que «fue un espectáculo». «Pero éste [Cumbre Vieja] es una gran frustración por el daño que está haciendo y que puede hacer, porque está empezando ahora». Cree que, cuando acabe de expulsar magma y la lava llegue al mar, «la isla será distinta».
En este sentido Domingo Guerra relata que «el volcán de San Juan, el del 1947, añadió 16.000 metros en la zona de Puerto Naos». Se trata precisamente de una de las zonas amenazadas por la colada y que, si no resulta sepultada, quedará incomunicada por completo. El párroco de El Paso resalta que se ha pasado «de ser una zona inhóspita, se ha convertido en un vergel de plataneros».
Este vecino de La Palma cree que la isla se recuperará de la catástrofe causada por el volcán «aunque costará». Desea que «podamos dar la vuelta a la tortilla» porque «el palmero tiene mucha capacidad de superación, de convertir la tragedia en oportunidad». Se encomienda a la experiencia de las anteriores erupciones para seguir adelante.
Uno de los pocos habitantes que puede presumir de haber visto los tres volcanes que han hecho historia recientemente en Canarias, apunta que «espero que, con las nuevas generaciones que han dado una nueva prosperidad a la isla, no nos acobardemos y ayudemos a superar esta situación muy difícil de asumir».