Sánchez convoca elecciones en Semana Santa, 14 ó 28-A, para desmovilizar a la derecha

Pedro Sánchez quiere las elecciones en plena Semana Santa. Si son el 14 de abril, porque el día de votación será el Domingo de Ramos y, por lo tanto, muchas de las familias que se van de vacaciones habrán salido ya de sus casas y, por lo tanto de sus sitios de votación. Y si son el 28 de abril porque la campaña y sus correspondientes actos se celebrarán en plenas vacaciones de Semana Santa, un momento en el que será extraño que las familias españoles dediquen mucho tiempo a la recta final electoral.

En resumen, una votaciones pensadas para jugar con la desmovilización, más que con la movilización. Un planteamiento que cuadra con las tendencias políticas que marcan las encuestas y que reflejan una movilización creciente de la suma del centro derecha, pese al debilitamiento puntual del voto de Ciudadanos.

Y es que las claves de la convocatoria de estas elecciones anticipadas pasan precisamente por jugar con pequeños momentos que puedan dar una “ventana de oportunidad” para el voto socialista.

Según los expertos del PSOE, Ciudadanos se encuentra en un momento delicado tras la manifestación del pasado domingo en la madrileña Plaza de Colón para defender la Unidad de España y la Constitución. Y puesto que estas elecciones no serán de mayorías absolutas sino de bloques, esa caída puede dar una oportunidad al PSOE para intentar frenar el hecho de que, por primera vez, en el centro derecha suman tres partidos.

Y es que el escenario electoral ha saltado por los aires desde la irrupción de VOX en Andalucía con 12 diputados. Algo que los socialistas creen que no es puntual, sino que aún tiene claro recorrido de subida. Y eso supone un alivio para el centro derecha.

Pese a ello, Ciudadanos está traspasando voto tanto a la derecha como a la izquierda, según los socialistas. Un fenómeno que los estrategas del PSOE consideran una “ventana de oportunidad” para evitar que la suma de los tres partidos que se ubican en el arco de centro derecha sea imbatible.

Y ahí es donde entra otro de los factores clave de esta convocatoria. Vox es un partido que ha demostrado saber aprovechar las campañas: compite con un menor estructura y presencia en los medios y, por lo tanto, las campañas son su escaparate. La ubicación de estas elecciones en Semana Santa ataca esa ventaja. Y es que muchos de sus potenciales votantes no estarán especialmente atentos a los mítines que se celebren en plenas fiestas y vacaciones.

El PP también puede verse perjudicado por las fechas. Sus votantes, como los de Vox, coinciden con perfiles familiares. Y todos ellos, en esas fechas de votación o campaña estarán mas pendientes de su descanso y familia que de la actividad política. El votante sin familia, con menor poder adquisitivo o en situación de desempleo, y los más jóvenes, por el contrario, se verán menos afectados.