Torra y Puigdemont presentan el lunes su partido político al margen del PDeCAT
Quim Torra y Carles Puigdemont van a presentar este lunes su partido político. No podrán utilizar la marca JxCat -propiedad del PDeCAT, cuya enemistad con ambos es pública y notoria-, pero sí aprovechar su tirón.
Ya lo avisó el expresident en marzo durante una reunión del grupo parlamentario en Vilafranca ante los 135 candidatos: que tenían que aprovechar lo que significó JxCat para ensanchar la base electoral del independentismo liberal y de derechas.
Esta misma tarde, en el hotel Barceló Sants, Puigdemont y Torra han vuelto a citar a los 135 candidatos para hablar del futuro de este nuevo partido político porque «desde marzo han pasado muchas cosas», apuntan en el mensaje de convocatoria. La principal, que y más novedosa, que Alemania ha descartado entregar por rebelión a su líder, lo que abre una puerta nueva a su investidura.
El lugar elegido para la puesta de largo de este nuevo partido, cuyo nombre probablemente será Junts per la República, es el prestigioso y elitista Ateneu Barcelonès. Allí, con Torra presente y Puigdemont por videoconferencia, se hará la presentación de lo que pretenden que sea un movimiento transversal y unitario, que siga el camino de lo que en su día fue la candidatura de JxCat liderada por Puigdemont, con un gran número de candidatos independientes y cuyo éxito fue una sorpresa para todos.
Tensión interna en el PDeCAT
En marzo, cuando Puigdemont advirtió que lo que se presentó como una candidatura debería «articularse políticamente», el expresident pidió «unidad y generosidad». Unas palabras que sin duda iban dirigidas al que aún es su partido -aunque no por muchos días más-, el PDeCAT, que vive un momento de tensión interna importante, entre los que quieren continuar en la vía de la moderación con Marta Pascal y los que quieren entregar el partido a la radicalización de Puigdemont y Torra.
Pascal, precisamente, en vista de los acontecimientos, dio órdenes esta misma semana, horas antes de la presentación de este nuevo movimiento político, de registrar JxCat como partido en el registro del Ministerio del Interior. Ahora, tanto la marca -que ya era propiedad del PDeCAT- como la entidad jurídica no pueden ser utilizadas por Puigdemont, Torra y los suyos, lo que ha provocado un enfado inmenso entre los irreductibles del expresident, que ya se han puesto a trabajar en otras denominaciones, como Junts per la República o incluso Movimiento 1 de octubre -una apropiación del referéndum que también molesta a ERC-.
Las diferencias con el PDeCAT se centran básicamente en las formas y los tiempos. Los más próximos a Puigdemont y Torra quieren vía libre para poder actuar sin presiones, desobedecer y situarse al margen de la ley si así lo consideran, algo que en el PDeCAT no se ve con buenos ojos.