Las ventas de las grandes empresas se hunden un 9,3% en 2020 y el empleo cae un 5,2%

El descalabro económico no sólo se nota en las pequeñas y medianas empresas, que están viéndose claramente afectadas en los últimos meses por las restricciones para luchar contra la pandemia y la disparidad normativa implantada a lo largo y ancho del país.

Las grandes empresas, aquellas que facturan más de 6 millones de euros, sufrieron un hundimiento de sus ventas del 9,3% en 2020, según los datos difundidos este miércoles por la Agencia Tributaria.

Concretamente, las ventas interiores han sufrido un descalabro del 8,8% en el conjunto del año de la pandemia. La mayor caída se produce en el caso de los bienes intermedios (-9,4%), seguida por los bienes de consumo (-8,6%) y de los bienes de capital (-6,3%). Las exportaciones también se han hundido un 11% y las importaciones un 8,7%, reflejando como la crisis se ha notado mucho en el sector exterior.

El empleo en 2020 en las grandes empresas, según las cifras de la Agencia Tributaria, se hundió un 5,2% (medido en número de perceptores). Por otro lado, los rendimientos del trabajo cayeron un 4,8% y el rendimiento bruto medio cayó un 0,3%.

Aunque el Gobierno insiste en que ha comenzado la recuperación económica en sus declaraciones públicas, los expertos y los indicadores avanzados avisan de que pueden seguir las turbulencias a lo largo de 2021, las estadísticas del Fisco rebelan como en diciembre de 2020 se producto ya un agravamiento de la crisis patente. La caída de las ventas totales en el último mes del año, a pesar de la campaña de Navidad, fue el 4,6%, 1,1 puntos porcentuales más que en noviembre.

El desglose de los datos de la Agencia Tributaria

La Agencia Tributaria explica lo siguiente sobre la caída del 4,6% en diciembre: «El dato fue inferior al del mes de noviembre, pero, junto con este, parece confirmar la ligera mejora experimentada en los dos últimos meses del año con respecto a la trayectoria estable del período agosto-octubre». Lo cierto es que es lógico que la caída en términos relativos se haya moderado durante el año por el efecto rebote tras la parálisis del primer confinamiento pero eso no indica que la recuperación, en realidad, sea efectiva.

Por destinos, la evolución a lo largo del año ha sido muy dispar. Mientras que las ventas de bienes y servicios de consumo se han seguido contrayendo en el segundo semestre del año (aunque con una significativa mejora en la parte final del año), las ventas de capital, siempre más volátiles, han crecido en el entorno del 1% en dicho periodo. Dentro de estas, el resultado se explica por el notable avance que han tenido desde el verano las ventas de equipo y software, que ha compensado el retroceso en la construcción.

Las exportaciones disminuyeron en diciembre un 5,9%, frente al 3,6% de noviembre, cerrando el año con una contracción del 11%. En las ventas a la UE se registró crecimiento por tercer mes consecutivo y, con ello, en el trimestre. El comportamiento es muy distinto del registrado en las destinadas a terceros países, que mantienen todavía descensos considerables (-12% en diciembre, casi igual que en el trimestre). Es decir, que el mercado interno en la UE se ha empezado a recuperar pero con el resto del mundo la vuelta a la normalidad tardará en llegar.

El número de perceptores de rendimientos del trabajo, el indicador fiscal que aproxima la evolución del empleo asalariado, descendió en diciembre un 3,8%, prolongando la tendencia de reducción de las pérdidas que se venía observando en los meses anteriores. El año se cierra con un retroceso del 5,2%.

No obstante, según Hacienda, «hay que recordar el efecto que los ERTE han tenido en la suavización de la caída inicial del empleo y en su evolución posterior al volver los trabajadores a las empresas».

Esto también influyó en los incrementos del rendimiento bruto medio a lo largo del año (los trabajadores en ERTE reciben parte de su salario del SEPE), con disminución en el segundo trimestre (el momento con mayor número de trabajadores en ERTE) y recuperación hasta valores más acordes a los previos a la irrupción de la pandemia (1,3% en noviembre y diciembre). «Aun así, estos valores son algo superiores a aquellos por el mayor impacto de la situación sobre el empleo de las actividades con niveles salariales más bajos», explica la Agencia Tributaria.