Urbas no logra frenar su sangría en Bolsa y ya cae un 8% en los últimos tres meses

Urbas plan estratégico
Juan Antonio Acedo, presidente de Urbas.

Ni reestructuración de la deuda, ni acuerdo de refinanciación, ni ampliación de capital. Nada sirve para frenar la sangría en Bolsa de Urbas, un goteo a la baja que continúa mermando los ahorros de sus inversores. Con su presidente y expresidente bajo la lupa de la Justicia, la caída de las acciones en los últimos tres meses roza el 8%. La sesión de este miércoles no es una excepción.

Exactamente, los títulos de la firma se desploman un 7,65%. Las pérdidas de la compañía en el mercado continuo se concentran en el último mes, al ceder más de un 6% con la cotización en torno a los 0,017 euros, mientras que en el año el recorte roza el 4,5%. En esta sesión, las acciones de Urbas bajan en torno al 0,6%.

Ajustando aún más los plazos, Urbas ha finalizado seis de las últimas diez sesiones de Bolsa en negativo. Por el contrario, si se amplían los periodos el panorama es desolador para los pequeños inversores del valor, ya que desde los máximos de 2021, que la compañía alcanzó en los 0,0231 euros durante abril, la caída es del 26,4%. Respecto a los niveles más altos de los últimos doce meses, los de septiembre de 2020 y que además suponen cotas no vistas desde marzo de 2017, el desplome es del 30,5%. Por aquel entonces el la compañía cotizaba en los 0,0244 euros.

A principios del pasado julio, la Audiencia Nacional abrió juicio oral contra el presidente de Urbas, Juan Antonio Acedo, y su antecesor, Juan Antonio Ibáñez, así como contra otras doce personas por la ampliación de capital de 2015. El titular del juzgado central de Instrucción número 4, José Luis Calama, pidió una fianza de 16 millones de euros, aunque acordó el sobreseimiento provisional de la causa respecto de Urbas, y otras seis personas jurídicas y dos físicas al no existir indicios racionales de criminalidad.

El caso comenzó en 2017, a raíz de una querella de la Fiscalía Anticorrupción, e investiga las supuestas irregularidades en la ampliación de capital ejecutada por un importe de 384 millones de euros, que se aportaron mediante activos «sobrevalorados» de Aldira Inversiones Inmobiliarias.

El escándalo de su presidente y expresidente opaca algunas noticias que podrían entenderse como positivas para la compañía y que podrían haber servido para devolver la confianzas a los inversores, como la culminación con éxito el proceso de cancelación y reorganización de su deuda o el acuerdo de financiación con Global Tech Opportunities 10. Sin embargo, parecen que no gustan al mercado. Poder realizar una ampliación del capital social de hasta 155,438 millones de euros mediante compensación de créditos tampoco le ha sentado demasiado bien a la compañía.

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