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La última alerta de Hacienda que preocupa a España: a partir de ahora…

En un país donde cada vez más realizamos todo tipo de operaciones económicas con el móvil, Hacienda ha decidido dar un paso adelante para adaptarse a esta realidad digital. La Agencia Tributaria ha lanzado una nueva advertencia que, aunque no afectará directamente a los ciudadanos en su día a día, sí tendrá implicaciones importantes para quienes manejan grandes volúmenes de dinero a través de tarjetas o aplicaciones de pago. A partir de 2025, entra en vigor una medida que refuerza el control sobre los pagos electrónicos y que, según muchos expertos, podría cambiar la relación entre los contribuyentes y el fisco.

Este nuevo mecanismo forma parte de una estrategia más amplia del Gobierno para intensificar la lucha contra el fraude fiscal y el blanqueo de capitales. Lo que busca Hacienda no es tanto sancionar, sino vigilar con mayor precisión el flujo de dinero que circula digitalmente. En otras palabras, no se trata de que vayan a multar por usar Bizum o una tarjeta de crédito, sino de que ahora esas operaciones dejarán rastro en los sistemas de la Agencia Tributaria de forma automática y más detallada que nunca. La medida ha levantado cierta inquietud entre la población y como no, genera dudas. ¿Qué operaciones estarán bajo lupa? ¿Habrá consecuencias por pasar ciertos límites? ¿Cómo afectará esto a quienes tienen varios medios de pago?

Lo cierto es que, aunque el objetivo declarado es controlar mejor el dinero digital, muchos ciudadanos se preguntan si esto no supondrá una nueva forma de vigilancia que roza la invasión de la privacidad financiera.

La última alerta de Hacienda que preocupa a España

El cambio más significativo del que alerta Hacienda tiene que ver con un nuevo límite que deben vigilar las entidades financieras: desde el 1 de enero de 2025, los bancos y emisores de tarjetas, sean de crédito, débito, prepago, virtuales o vinculadas a apps como PayPal o Bizum,  deberán informar a la Agencia Tributaria de cualquier tarjeta que supere los 25.000 euros anuales en movimientos. Este límite se aplica por tarjeta, no por persona, lo cual significa que si una persona usa tres tarjetas diferentes y cada una mueve 20.000 euros, no se generará ninguna alerta… pero si una sola tarjeta rebasa el umbral, sí.

Dentro de esos 25.000 euros se incluyen tanto las compras como las retiradas de efectivo, por lo que no se trata sólo de gastos cotidianos. La medida no exige al titular ninguna acción concreta: serán las entidades las encargadas de recopilar los datos y enviarlos a la Agencia Tributaria. Eso sí, esa información no es genérica ni agregada. El informe incluirá el nombre y datos del titular, el número de operaciones realizadas y el importe total de las transacciones. Todo ello quedará recogido en un informe anual que se enviará por primera vez en 2026, con los movimientos del ejercicio 2025.

No habrá sanciones automáticas, pero sí vigilancia reforzada

Uno de los aspectos que más dudas ha generado es qué ocurrirá si se supera ese umbral y de hecho, si se podría abrir una inspección, o mucho peor, que se reciba una multa.En este caso, el hecho de que una tarjeta supere los 25.000 euros anuales no conlleva automáticamente una sanción, pero sí puede activar una revisión por parte de Hacienda si los datos no cuadran con la información que el contribuyente ha declarado en su IRPF u otros impuestos.

Esto quiere decir que los sistemas de Hacienda cruzarán esos datos con los ingresos declarados, y si detectan incoherencias, podrán solicitar justificantes o explicaciones. Por ejemplo, si alguien con un sueldo declarado de 12.000 euros al año utiliza una tarjeta con 30.000 euros en movimientos, probablemente reciba una notificación para aclarar la situación. Y aunque se trata de un procedimiento de verificación, y no necesariamente sancionador, sí puede desembocar en una inspección si no se puede justificar el origen del dinero.

Las apps de pago también están en el punto de mira

Otro de los grandes cambios que introduce esta alerta fiscal es que no solo las tarjetas estarán bajo control, sino también las aplicaciones de pago electrónico. En concreto, Hacienda exigirá a los bancos y entidades emisoras que informen mensualmente sobre los cobros recibidos por autónomos y empresas a través de tarjetas o apps como Bizum, sin importar el importe. Es decir, no hay mínimo: cualquier transacción será comunicada, aunque se trate de ingresos pequeños y frecuentes.

Este control se enfoca especialmente en detectar ingresos no declarados de actividades económicas que funcionan de manera informal o parcialmente opaca. Un fontanero que cobra por Bizum, una tienda online que recibe pagos por PayPal o una academia que gestiona inscripciones por tarjeta tendrán que tenerlo todo perfectamente registrado. Para Hacienda, el uso de estos métodos de cobro no puede ser una vía para escapar de las obligaciones fiscales.

Cómo prepararse para evitar sorpresas con Hacienda

Aunque esta alerta pueda sonar intimidante, la mayoría de los contribuyentes no tendrá problemas si actúa con normalidad y transparencia. Eso sí, conviene estar prevenido. Si gestionas varias tarjetas o si haces un uso intensivo de aplicaciones de pago, es recomendable que revises tus movimientos bancarios con regularidad, especialmente si te acercas a ese umbral de 25.000 euros en alguna tarjeta. Llevar un registro de ingresos y gastos, aunque no seas autónomo, puede ayudarte a justificar cualquier consulta que llegue desde la Agencia Tributaria.

En el caso de los autónomos o pequeñas empresas, es aún más importante mantener una contabilidad clara, con todos los cobros bien identificados, y conservar las facturas o justificantes de cada operación. Hacienda no busca penalizar, sino asegurar que lo que se declara coincide con lo que se mueve. Mientras eso ocurra, no debería haber complicaciones.

Esta nueva alerta marca un antes y un después en la forma en que Hacienda se relaciona con el dinero digital. Aunque no todos se verán afectados de forma directa, el mensaje está lanzado: la economía digital ya no es terreno libre de vigilancia, y a partir de ahora, cada operación cuenta.