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España tiene su propia Toscana, y casi nadie sabe que está al lado de Madrid: una increíble joya medieval amurallada

En la península ibérica, lejos de las carreteras más transitadas, se esconde un municipio que guarda la esencia de la Toscana sin necesidad de salir de España. Se encuentra en un entorno en el que la agricultura y la historia se mezclan en una misma paleta, ofreciendo panorámicas que alternan construcciones de piedra, colinas suaves y cultivos aromáticos.

Este destino, situado en la provincia de Guadalajara, logró proyectar su nombre más allá de sus fronteras gracias a una flor que marca el calendario estival. Sin embargo, su valor patrimonial y su relevancia histórica se extienden a lo largo de todo el año, con una arquitectura medieval que permanece como testimonio de siglos pasados.

¿Cuál es la joya medieval amurallada conocida como la «Toscana» de Castilla-La Mancha?

Brihuega, conocido como el Jardín de la Alcarria, forma parte de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha y se ubica junto al río Tajuña. Su casco histórico, declarado conjunto histórico-artístico en 1973, alberga vestigios medievales que se conservan en buen estado. Entre ellos destacan:

Además, el subsuelo conserva galerías excavadas por los árabes y un conjunto de fuentes distribuidas por todo el municipio.

El vínculo de Brihuega con la lavanda: un rasgo que recuerda a la Toscana

La relación de Brihuega con la lavanda comenzó hace más de cuatro décadas. Un vecino trajo desde Francia esquejes de lavandín y, con el asesoramiento del entonces director técnico de Loewe, Emilio Valeros, se inició la producción local de esencia. Hoy, la localidad aporta alrededor del 10% de la producción mundial, con destino a perfumería, cosmética y aromaterapia.

Cada mes de julio, los campos adquieren un tono morado intenso. La floración dura apenas unas semanas y precede a la siega, que se realiza entre finales de julio y mediados de agosto.

Durante este periodo se organiza el Festival de la Lavanda, que en 2025 contó con conciertos de Maldita Nerea y Rozalén en la zona de Malacuera – Olmeda del Extremo.

Cuándo y cómo visitar los campos de lavanda en Brihuega

Antes de visitar este colorido rincón de Guadalajara, hay que tener presentes estas recomendaciones:

Más patrimonio y cultura de la Toscana castellanomanchega

Brihuega mantiene vivas sus tradiciones. Entre las celebraciones más destacadas se encuentran la Corrida de Primavera en abril, la Procesión de la Cera el 14 de agosto, la festividad de la Virgen de la Peña el 15 de agosto y el Encierro el día 16.

En la literatura, la villa aparece mencionada en obras como Viaje a la Alcarria de Camilo José Cela, Por quién doblan las campanas de Ernest Hemingway o Juan Martín el Empecinado de Benito Pérez Galdós.

Para concluir, cabe aclarar que el paralelismo con la Toscana italiana no se limita al paisaje agrícola. Brihuega combina colinas onduladas, cultivos aromáticos y un patrimonio medieval que sí o sí recuerda a los pequeños pueblos amurallados de la región italiana.

Esta identidad dual, agrícola y monumental, convierte a la villa en un enclave singular dentro de la provincia de Guadalajara.

Así, la suma de historia, tradición agrícola y paisaje ha consolidado a Brihuega como un referente turístico. Más allá de la temporada de lavanda, su valor patrimonial y su papel en la historia castellana aseguran que el municipio mantenga su relevancia durante todo el año.