Un triunfo de Le Pen en Francia minaría las ayudas europeas para España y las interconexiones eléctricas
Aunque Emmanuel Macron, el actual presidente de la República francesa, es favorito para vencer en la segunda vuelta de las elecciones del próximo domingo, según las encuestas, la posibilidad de que ganara su contrincante, Marine Le Pen, del partido populista de derechas Reagrupamiento Nacional, traería futuras implicaciones de calado para España: desde una reducción de las ayudas europeas por la menor contribución de Francia al presupuesto del bloque a una interrupción de las interconexiones eléctricas.
Mientras que Macron es muy proeuropeísta y quiere seguir reforzando el proyecto de la Unión Europea, Le Pen aboga por una modificación sustancial del funcionamiento del bloque. Para empezar, quiere reducir la aportación de su país a los fondos europeos, lo que redundará en países como España o Italia, que son de los que más ayudas perciben, en un momento en el que la inflación desbocada está deteriorando la capacidad adquisitiva de los hogares.
Su programa gira en torno a una «alianza de naciones», en un tablero en el que Francia mantendría una equidistancia con potencias como Estados Unidos, China o Rusia. Apuesta, por tanto, por una «desglobalización» en la que el marco legislativo francés se impondría al europeo.
«Le Pen es mucho más proteccionista que Macron», comenta Rafael Pampillón, consejero del Colegio de Economistas de Madrid y autor del libro «Cuando los votantes pierden la paciencia», que aborda el auge de los populismos. «Le Pen es partidaria de una Francia para los franceses, no de una Europa diversa o una Francia heterogénea, como la que quiere Macron, poniendo trabas a la inmigración [mediante la reintroducción de controles fronterizos]. Se alejaría de Europa» enarbolando la bandera populista de «la grandeur de la France, de De Gaulle», indica.
En ese sentido, no sería descartable volver a ver episodios del pasado de cargamentos de fruta de camiones españoles desparramados en las carreteras en la frontera francesa, si Le Pen hace la vista gorda de estos actos de violencia para ganarse el apoyo de los agricultores galos, agrega Pampillón.
A grandes rasgos, «una victoria de Le Pen impediría avanzar en las uniones política, fiscal o bancaria, o en mayor coordinación militar o energética», resume Roberto Scholtes, director de estrategia de UBS en España.
Por ejemplo, en términos de interconexiones energéticas, la ambición de Le Pen es abandonar el mercado único de electricidad europeo, «lo que probablemente significaría que Francia dejaría de suministrar y de importar electricidad directamente a los países vecinos» como España, comenta Charlotte de Montpellier, economista de ING. «Esto se considera peligroso por muchos observadores, ya que Francia necesita en algunos momentos del año electricidad producida por sus vecinos europeos (pese a que es un exportador neto de electricidad durante el año)», añade.
Por el contrario, «la continuidad de Macron, sobre todo si viene respaldada por una mayoría parlamentaria proeuropea, daría otro espaldarazo al eje franco-alemán (apoyado además por Italia y España) para dar un salto en la integración», asegura Scholtes.
Macron, defensor de la democracia liberal, actualmente no solo lidera Francia, sino Europa, mientras «Alemania está bastante fuera de juego con el tema del gas ruso», sostiene Pampillón, una vinculación de la que no es fácil desprenderse por la cantidad de metaneros que necesitaría de Estados Unidos para alimentar la industria alemana, que es muy potente pero gasta mucho en energía.
Vacío en la política fiscal europea
Un mantenimiento del statu quo con la victoria de Macron favorecería las ayudas de Europa a España, mientras que «si gana Le Pen, habrá un vacío en la política fiscal porque no querrá que Francia aporte tanto a la Unión Europea» -al ser un país netamente donante de dinero al bloque-, y el resto de socios europeos tendrá que arrimar más el hombro, continúa este experto.
En síntesis, dado que Francia siempre ha sido una de las fuerzas motrices de la integración europea, «la elección de una presidenta euroescéptica sería un golpe duro para la UE, por no hablar del hecho de que Le Pen siempre ha sido escéptica con las sanciones europeas contra Rusia», señala ING. «Quiere una reconciliación con Moscú, lo que rompería la unidad europea en ese frente. Más allá de las medidas económicas que quiere aplicar, al final es esta postura geopolítica la que podría tener las consecuencias económicas más importantes. Este salto a lo desconocido probablemente conduciría a una reacción adversa de los mercados financieros y a una trayectoria económica muy incierta, lo que pesaría en las perspectivas de crecimiento para los próximos años», remarca el banco holandés.
Pero hablar de ‘Frexit’ como se especula en muchos medios, quizá es ir demasiado lejos. «Lo del Brexit tuvo razón de ser en un país que siempre fue arrastrando los pies (a Bruselas), pero Francia es el triunfador en la Unión Europea», afirma Francisco Utrera, profesor del Departamento de Economía y Hacienda Pública de la Universidad Autónoma de Madrid. «La Comisión Europea, los cuerpos burocráticos organizados, las ideas que se están desarrollando… eso es francés esencialmente. Si se va Francia, se acaba el proyecto europeo», zanja.