Macron y Le Pen se jugarán la Presidencia de Francia en una igualadísima segunda vuelta
Emmanuel Macron y Marine Le Pen han cumplido los pronósticos en las elecciones presidenciales en Francia y se jugarán el Elíseo dentro de dos semanas en una segunda vuelta que ya se presume más igualada de lo vislumbrado hace pocos días. El actual presidente ha sido el candidato más votado en estos comicios con casi cinco puntos de ventaja sobre la conservadora Le Pen, que está, sin embargo, más cerca que nunca de poder llevar su apellido al palacio presidencial.
La formación de Le Pen ha logrado un 23,15%. Se trata del mejor resultado jamás logrado por Reagrupamiento Nacional, el partido heredero del Frente Nacional que lideró su padre, Jean-Marie Le Pen, mejorando el 21,3% del voto que este partido alcanzó en 2017, cuando también llegó a la segunda vuelta. El propio padre ya lo logró por primera vez en 2002, con un 16,86% de los votos en la primera vuelta, antes de ser vapuleado por un Jacques Chirac que se aprovechó del cerco al líder del FN. Nada que ver con la actual situación: Marine Le Pen tiene perspectivas de ampliar notablemente sus cifras en la segunda vuelta.
También es cierto, al mismo tiempo, que los dos aspirantes, Macron y Le Pen, han mejorado sus resultados con respecto a la primera vuelta de 2017 y que, el actual presidente, incluso ha logrado en esta ocasión una mayor ventaja (4,7 puntos) que entonces, cuando fue de un 2,5. Pero en aquella ocasión, Le Pen tenía mucho menos voto de derechas que pescar de cara a la segunda vuelta y sus perspectivas ahora son más positivas.
Los dos candidatos han hecho buenos los pronósticos que en las últimas fechas apuntaban a un acercamiento de Le Pen a Macron. El actual presidente, eso sí, salvó los muebles asegurando la primera posición con un 27,85% de sufragios. Por delante, dos semanas de dura competición de cara a la segunda vuelta, que se celebrará el próximo domingo 24 de abril. Las primeras proyecciones apuntan a una pequeña ventaja a favor del actual presidente, el centrista Macron, por 51%-49% según las cifras difundidas por la televisión pública.
La cifra alcanzada por Marine Le Pen es el mejor resultado jamás logrado por Reagrupamiento Nacional-Frente Nacional
Macron se ha mostrado cauto en su primera comparecencia tras el cierre de las urnas. «Nada está decidido», ha concedido el actual presidente, consciente de que su verdadero partido comienza ahora. De hecho, cabe preguntarse si el líder centrista ha pecado de un exceso de confianza durante la campaña de cara a esta primera vuelta. Su campaña ha sido percibida como demasiado alejada de la población. Tan seguro como estaba -los datos lo avalaban, claro- de que no existía posibilidad de no alcanzar la segunda vuelta, Macron ha estado más centrado en su proyección internacional, especialmente en el conflicto ucraniano, que en arremangarse ante la campaña.
Todo lo contrario que Marine Le Pen, que ha tratado de mostrar su cara más amable y ha protagonizado un sprint durante los últimos días que le ha permitido lograr estos buenos resultados, muy por delante del candidato de la extrema derecha, Éric Zemmour, y de la que hasta hace unas semanas aparecía como la única y posible amenaza, Jean-Luc Mélenchon.
Mélenchon exhorta a los suyos a «¡no dar ni un solo voto a Le Pen!» pero sin mencionar a Macron
El podemita Mélenchon, líder de La Francia Insumisa e ídolo de Pablo Iglesias, se ha quedado en la tercera posición con un 21,95% de los votos, tras haber resultado muy favorecido en París, y su primera reacción ha sido el perfecto ejemplo de la mayor dificultad a la que se puede encontrar Macron de cara a su reelección. Mélenchon reconoció su derrota y exhortó a sus seguidores a «¡no dar ni un solo voto a Le Pen!» en la segunda vuelta. Sí, pero sin mencionar a Macron ni animar a votar por el líder centrista.
Lo cierto es que entre sus filas, las fobias hacia Le Pen no son muy superiores precisamente al sentimiento hacia Macron, a quien muchos de los suyos no pueden ver. La abstención puede ser uno de los mayores peligros para el líder de La República En Marcha, el partido que fundó justo después de ganar las elecciones del pasado 2017.
En cambio, el cuarto candidato más votado, Éric Zemmour, sí ha dejado claro el llamamiento a sus seguidores: apoyar a Le Pen. «Tengo muchos desacuerdos con Marine Le Pen. Pero se enfrenta a un hombre que ha traído 2 millones de inmigrantes, que nunca ha mencionado el tema de la identidad. Yo no me equivocaré de adversario», ha señalado Zemmour, que ha obtenido el 7,1% de los votos.
Macron sí cuenta con el voto de lo que queda del centroderecha tradicional en Francia. Pero lo que queda de ese voto es cada vez más residual, por no hablar del abismo por el que ha caído el socialismo.
Debacle histórica de los tradicionales
No por esperado deja de ser noticiable y llamativo el camino hacia la total irrelevancia que han tomado las dos formaciones representativas del centroderecha y del centroizquierda según se entienden en Europa en el panorama político de Francia. Tanto Los Republicanos como el Partido Socialista han cosechado unos nefastos resultados en las elecciones presidenciales este domingo en Francia, certificando de este modo su marginalidad y su muerte política de facto.
Las previsiones ya eran malas, pero los resultados alcanzados este domingo son aún peores de las más pesimistas proyecciones. La líder de Los Republicanos, Valérie Pécresse, no ha alcanzado siquiera el 5% de apoyo (4,8%). El Partido Socialista de Anne Hidalgo, por su parte, se quedó en el 1,75% de los votos, consumando una catástrofe que pone en jaque el futuro de la formación.
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