Fiscalidad

La Tax Foundation destaca la complejidad del IRPF y del Impuesto sobre Sociedades en España

La Tax Foundation destaca la complejidad del IRPF y del Impuesto sobre Sociedades en España
María Jesús Montero. Foto: Europa Press

El sistema tributario español es demasiado complejo. Así lo revela un informe que ha elaborado la institución de EE.UU., Tax Foundation, en colaboración con el Instituto de Estudios Económicos. La mayor burocracia se observa en el IRPF y en el Impuesto sobre Sociedades, los principales tributos que gravan a los trabajadores y a las compañías, respectivamente.

En el IRPF, España se sitúa en la posición 21 de 36 en el ranking de complejidad de este impuesto, que mide los costes indirectos asociados al pago de este tributo, como el número de horas necesarias para presentar las declaraciones tributarias solicitadas para cumplir con las obligaciones fiscales. No es lo que le corresponde para un país que es la cuarta economía europea y la décimo cuarta del mundo, según las estimaciones del Producto Interior Bruto (PIB) de los distintos países.

En el Impuesto sobre Sociedades, Tax Foundation, fundada en 1937, apunta que España ocupa la posición 26 de 36 en la evaluación de “incentivos” y “complejidad”. Este indicador mide la neutralidad de los sistemas impositivos. Es decir, el grado en que se impone un marco general o se desarrollan regímenes fiscales especiales (en forma de créditos fiscales, deducciones o tipos impositivos preferenciales), como forma de favorecer a una actividad sobre la otra. Son distorsiones con costes muy elevados, según el think tank.

El Índice de Competitividad Fiscal otorga peores puntuaciones, por ello, a los países con Patent Box (un incentivo específico a la innovación) o créditos fiscales a la I+D. Hasta 16 países de la UE (incluido España) los aplica.

El indicador también computa el número de pagos y el tiempo necesario que deben asumir las empresas para hacer frente a sus obligaciones fiscales; países como Israel, donde el número de pagos es de 16 y el número de horas dedicada al pago de impuestos es de 110 horas. En cambio, en Noruega sólo hay cuatro pagos y en Estonia sólo hay que destinar cinco horas.

Según el informe Paying Taxes 2019, elaborado por PwC para el Banco Mundial, “las empresas españolas pagan más impuestos que la media de las compañías que integran la OCDE, el G-20 o la propia Unión Europea”. El estudio, que analiza los sistemas tributarios de 190 países de todo el mundo, especifica que “la contribución tributaria total de las compañías españolas -entendida esta como el porcentaje de sus beneficios que dedican al pago de los impuestos obligatorios, tales como el Impuesto sobre Sociedades y las cotizaciones sociales, entre otros-, es del 47%, unos siete puntos por encima de la media de los países miembros de la OCDE (40,3%), de la UE (39,3%) y ligeramente superior a la del grupo de los veinte más industrializados del mundo, el G-20 (46,6%)”.

Según el Instituto de Estudios Económicos, coautor del informe, España tiene una presión normativa un 8,1% superior a los de los países de la Unión Europea, un índice que tiene en cuenta más de 40 variables. Soló 13 países de los 36 de la OCDE tienen un sistema fiscal con menor competitividad que el español.

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