Si eres ama de casa esto te interesa: la Seguridad Social tiene una ayuda de más de 5.000 euros
Si eres ama de casa, tienes que saber que las tareas que haces son indispensables y, por ello, la Seguridad Social quiere hacerte el reconocimiento que te mereces con una ayuda. Limpiar la casa, ordenar la ropa, poner la lavadora, hacer la compra… Todas esas funciones son esenciales y hay muchas personas que dedican su vida a estas cuestiones para que esté todo perfecto. Sin embargo, estos trabajos se suelen realizar sin percibir ninguna remuneración, a menos que sea a través de un contrato de servicio doméstico.
Además, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la mayoría de personas que se dedican a estas tareas son mujeres. «A pesar de que en los últimos años se ha conseguido una participación más equilibrada de hombres y mujeres en el mercado laboral, las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de las responsabilidades familiares y domésticas», afirma el departamento.
Las amas de casa españolas se enfrentan una situación complicada debido a la falta de ingresos suficientes, sobre todo cuando se dedican exclusivamente a las tareas del hogar sin tener un trabajo adicional.
El Estado ha querido reconocer esta situación a través de la Seguridad Social. Por ello, la Administración ha implementado diversas medidas para ofrecer ayuda económica a quienes se ocupan únicamente de las labores domésticas. Estas iniciativas tienen como objetivo mejorar la estabilidad financiera y la calidad de vida de este grupo.
Ayuda para la ama de casa
La Seguridad Social y el Estado disponen de diversas herramientas para brindar apoyo económico a quienes se dedican exclusivamente a las tareas del hogar. Una de estas medidas es la Renta de Inserción Activa (RAI) del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que ofrece una aportación de 501 euros mensuales y puede recibirse durante un período de 11 meses, proporcionando así un sustento suficiente para estas personas.
Si se suma el total de la ayuda en esos 11 meses, el importe total que percibirá la ama de casa será de más de 5.000 euros, una cuantía que puede suponer de enorme ayuda para aquellas personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad.
Sin embargo, los interesados deben de tener en cuenta que esta ayuda no está disponible para todos, sino que se destina a perfiles específicos, considerando la situación familiar y el desempleo. Para solicitarla, es necesario cumplir con varios requisitos:
- No haber recibido anteriormente la Renta de Inserción Activa: aquellos que ya disfrutaron de esta ayuda no pueden volver a acceder a ella
- Tener una media de ingresos concreta: las remuneraciones de todos los miembros de la unidad familiar menores de 26 años no pueden superar el 75% del salario mínimo interprofesional (SMI) de 1.080 euros. Además, los ingresos propios del solicitante no pueden ser superiores al 75% del SMI
- El solicitante debe estar desempleado: si se tiene algún empleo no se puede acceder a la ayuda
- Ser menor de 65 años: no pueden solicitar la ayuda aquelllas personas que sean mayores de esta edad
Además, según el SEPE, «pueden acceder a la RAI las víctimas de violencia de género, doméstica o sexual quienes tengan acreditada dicha condición ante la Administración competente, siempre que no hayan sido beneficiarias con anterioridad de tres programas, que no convivan con la persona agresora, que figuren inscritas como demandantes de empleo y que cumplan el requisito de carencia de rentas de la unidad familiar».
Para solicitar esta ayuda hay que seguir una serie de pasos. En concreto, los interesados pueden pedir una cita previa en el SEPE y presentar la solicitud de manera presencial utilizando el modelo oficial de solicitud.
Además, también es posible realizar el trámite en línea, aunque para ello es necesario contar con un certificado digital o Cl@ve PIN y acceder a través del botón de Acceso Solicitudes.
Las amas de casa enfrentan una variedad de problemas económicos que pueden impactar significativamente su bienestar y el de sus familias. Muchas dependen económicamente de los ingresos de sus parejas, lo que puede generar una situación de vulnerabilidad si hay separación, divorcio, o fallecimiento del cónyuge.
Esta falta de ingresos propios también limita la capacidad de tomar decisiones financieras independientes. Además, a menudo estas personas no contribuyen a fondos de pensión, lo que las deja desprotegidas en la vejez.
Con ingresos limitados o inexistentes, es difícil crear un fondo de ahorros adecuado para emergencias o para el futuro. Manejar eficientemente el presupuesto familiar para cubrir necesidades básicas como alimentos, educación, salud y vivienda puede ser desafiante, especialmente cuando emergencias médicas, reparaciones del hogar o gastos imprevistos desestabilizan el presupuesto.
Sin ingresos propios, una ama de casa también puede tener dificultades para acceder a préstamos o líneas de crédito, lo que limita su capacidad para realizar compras importantes o inversiones sin la aprobación de su pareja. El trabajo no remunerado de estas personas a menudo no se valora económicamente, lo que refuerza la percepción de que no contribuyen económicamente al hogar y dificulta su reincorporación al mercado laboral.