Seguridad Social

¿Por qué sigue disparándose el gasto en pensiones si ha aumentado la mortalidad en la pandemia?

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Seguridad Social.

El gasto en pensiones contributivas ha alcanzado los 10.087 millones de euros en enero de 2021, un 3,2% más que un año antes. Ha superado ya la temida barrera de los 10.000 millones, lo que implica que cada año se gastan más de 120.000 millones de euros en pagarán las jubilaciones contributivas.

Un gasto disparado que se observa a pesar de que la pandemia de coronavirus ha ido acompañada de un incremento de la mortalidad, lo que en teoría debería haber reducido el gasto. Sin embargo, las últimas cifras revelan que -a medio y largo plazo- sigue existiendo un problema en las cuentas de la Seguridad Social. Y surge la siguiente pregunta: ¿Sigue siendo sostenible el sistema de pensiones? La incógnita sigue abierta.

En primer lugar, hay que tener en cuenta, según explica el director asociado de Afi, José Antonio Herce, que el gasto en pensiones sigue subiendo porque las bajas parecen que son muchas pero en realidad no son tan elevadas. De hecho, los fallecidos en la pandemia han sido, en su gran mayoría, pensionistas de elevada edad, los que habitualmente tienen pensiones más bajas. Esto mismo apunta el director de la Fundación Renacimiento Demográfico, Alejandro Macarrón.

Mientras tanto, la longevidad, salvo algún dato puntual en lo peor de la pandemia, no ha parado de crecer, y siguen sumándose nuevos pensionistas a la nómina de la Seguridad Social. A esto se sumaría, según Herce, el alza del 0,9% de las pensiones aprobada por el Gobierno, un incremento que muy superior al que se ha producido en otro tipo de rentas.

Por su parte, el economista jefe de Intermoney, Francisco Vidal, apunta que una de las claves del sistema de pensiones en el futuro será que empezarán a sumarse a la nómina de las pensiones los de la generación del baby boom, los nacidos entre los años 1960 y los 1975, que lo harán habiendo cotizado razonablemente bien y con una extensa vida laboral, lo que podría disparar la cuantía de sus prestaciones.

En todo caso, el incremento del gasto ha estado algo contenido por la pandemia (y porque los meses de restricciones han impedido que muchos soliciten sus prestaciones a tiempo). Pero el gasto podría ser superior en la recta final de 2021 y especialmente en 2022, sobre todo si se tiene en cuenta que el año podría cerrar con el IPC en el 2%, lo que puede provocar el año próximo un gasto extra de entorno a 2.500 millones de euros para la Seguridad Social si el Gobierno sigue insistiendo en elevar el poder adquisitivo de las pensiones.

El gran problema para la Seguridad Social, más allá de los vaivenes poblacionales, será si se puede seguir pagando con deuda pública el incremento del gasto, ya que las cotizaciones sociales no son suficientes para pagar las jubilaciones. Por ahora la tendencia es muy preocupante: las cotizaciones se están hundiendo a un ritmo acumulado entre enero y noviembre de 2020 del 3,83% mientras que el gasto en pensiones crece en ese mismo periodo a un ritmo del 3%.

En realidad, si hasta noviembre de 2020 entraban en la caja de la Seguridad Social 108.186 millones de euros en concepto de cotizaciones sociales, los pagos realizados en pensiones (sin contar los subsidios) superaban los 113.000 millones (exactamente ascendía a 113.135 millones), lo que significa que hay un desfase de casi 5.000 millones, a la espera del cierre del ejercicio, cuando hay un nuevo pico de gasto por la paga extra de diciembre que cobran los jubilados.

Números que hablan por sí solos

Hay números que hablan por si solos. España tiene 8,9 millones de pensionistas (sin contar los no contributivos) frente a 19,1 millones de ocupados, unas cifras que previsiblemente seguirán aproximándose en el futuro. El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, pretendía hacer una reforma para elevar el periodo de cómputo de la pensión a 35 años y garantizar la sostenibilidad del sistema, pero sus socios de Podemos en el Gobierno han vetado su propuesta.

Según Alejandro Macarrón, si hace algunos años había 1 pensionista por cada 4 ocupados, en la actualidad hay 1 pensionista por cada 2 ocupados, lo que refleja el problema de sostenibilidad de las pensiones de forma gráfica. Si a esto se suma que el envejecimiento de la población proseguirá como muestra la pirámide poblacional solo hay dos opciones en el camino: incrementar la edad de jubilación y tener más niños. «Con inmigrantes no bastaría», dice Macarrón. La reforma de las pensiones es inaplazable.

El gasto crece de forma vertiginosa

Mientras tanto, el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ha decidido seguir incrementando las pensiones como si no hubiera ningún problema. Pero la realidad es que en 2012 -en la anterior crisis- el gasto en pensiones rondaba los 7.000 millones mensuales y ahora supera los 10.000 millones de euros, una factura que crece de forma vertiginosa y que revela un problema estructural más grande. Y todo ello tras un año 2020 en el que se ha producido la mayor caída del PIB desde la Guerra Civil.

En realidad, según los expertos, la sostenibilidad de la Seguridad Social estará garantizada hasta que el Estado tenga problema con las cuentas públicas o con su deuda. Es decir, que Bruselas no llamará la atención a España sobre las pensiones hasta que el país tenga problemas para financiarse o dudas sobre su capacidad de acudir a los mercados.

Por ahora el Tesoro puede financiar el gasto extra en pensiones (aquel que no pueda pagarse mes tras mes con las cotizaciones sociales) sin grandes problemas. Pero los expertos plantean la siguiente duda sobre la que aún no tienen respuestas: ¿Qué pasará cuando llegue el momento en el que el Banco Central Europeo deje de comprar deuda? ¿Qué ocurrirá si se reproduce en el futuro una tormenta de la deuda como la que afectó en 2012 a Grecia, Portugal, Italia o España?

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