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¿Por qué Garamendi se ha rendido a Sánchez? «Hay pánico a que quite los contratos temporales»

garamendi argelia
Pedro Sánchez y Antonio Garamendi
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La deriva de Antonio Garamendi en las últimas semanas tiene alucinado a todo el mundo económico español. Ha pasado de ser el azote del Gobierno con su dura posición en las negociaciones de los ERTE hace un año a ser prácticamente el perrillo faldero de Pedro Sánchez. Garamendi está raro, ¿qué tendrá Garamendi?

La respuesta, según fuentes bien informadas, es que en la CEOE hay un miedo atroz a la contrarreforma laboral en la que está empecinado Podemos, y más concretamente, esa admiradora de Largo Caballero que es Yolanda Díaz, a la sazón ministra de Trabajo y Economía Social (sea lo que sea eso) y, ojo, una de las múltiples vicepresidentas de este Gobierno.

Yolanda Díaz en el acto de memoria a Largo Caballero. (Foto: Gobierno)
Yolanda Díaz en el acto de memoria a Largo Caballero. (Foto: Gobierno)

Para ser exactos, lo que pone los pelos de punta a los empresarios es la intención de cargarse por completo los contratos temporales -salvo para casos excepcionales- y obligar a que todos los contratos sean fijos, como con Franco (qué obsesión la de esta gente, Franco es su referente para todo). «En hostelería, que es una actividad completamente estacional, si no podemos hacer contratos temporales, cerramos todos», señala una fuente del sector.

Así que Garamendi ha decidido hacer la pelota todo lo posible al Gobierno con la esperanza de que eso consiga ablandar el proyecto de la exsindicalista gallega. Sacrifica todo lo que no le importa en el altar del dios monclovita con la esperanza de salvar aquello en lo que de verdad le va la vida. Pero corre el riesgo de que le pase aquello de lo que Churchill advirtió a Chamberlain: «Se te ofreció poder elegir entre la deshonra y la guerra. Elegiste la deshonra y también tendrás la guerra».

Una detrás de otra: indultos y pensiones

¿A la CEOE no le importan las pensiones, y por eso firma el acuerdo con Escrivá y los sindicatos? Claro que le importan. Pero sabe perfectamente -como el Gobierno y los sindicatos- que el pacto no sirve para nada, que no es más que otra patada adelante para no afrontar el verdadero problema de la insostenibilidad de las pensiones. Un problema que sí afronta, curiosamente, el aviso a navegantes de Escrivá del jueves, el de que los baby boomers tendrán pensiones más bajas, y que tuvo que rectificar el viernes, probablemente obligado por Moncloa, ante el escándalo que se formó.

¿Y lo de los indultos? Comulgar con esa rueda de molino ha sido mucho más duro para el líder de los empresarios, pero todo sea por salvar los contratos temporales. Si hay que apoyar los indultos, se apoyan. Como si hay que apoyar un referéndum en Cataluña (no lo descarten, al paso que va la burra). Tampoco olvidemos que los empresarios catalanes tienen que nadar y guardar la ropa con su Govern independentista.

Garamendi rectificó luego aunque de aquella manera, y fue suficiente para que le dieran esa vergonzante ovación con llanto incorporado en la asamblea de la CEOE. Que esa es otra. Varias asociaciones sectoriales y regionales le pusieron a caer de un burro en privado, pero luego se levantaron a aplaudir como un solo hombre.

El dinero siempre es del color del Gobierno de turno

Esa es la tónica habitual del empresariado español: no sólo no criticar nunca al Gobierno de turno por muchas medidas ruinosas y disparatadas que adopte, como el actual, sino encima apoyarle en todo. Y qué decir de las grandes empresas y bancos catalanes, que no dijeron ni media contra el atropello a la Constitución de 2017 y se limitaron a pedir «diálogo».

Pablo Casado criticó duramente a Garamendi, con él delante, este jueves por prestarse a ser el palmero de Sánchez. Y con toda razón, aunque el líder del PP tiene otro problema: no termina de entender por qué la CEOE, que debería ser de «los suyos», se ha pasado al enemigo con armas y bagajes. Debería acordarse de Emilio Botín o, antes que él, de Luis Valls. El dinero no tiene color. Y en una economía tan dependiente del BOE como la nuestra, siempre va a apoyar al Gobierno de turno. Sea de los suyos o de los otros.

Pablo Casado
Pablo Casado y Antonio Garamendi.

Lo que tendría que hacer Casado, a decir de muchas voces en su partido, es reunir un equipo económico potente, con nombres de prestigio, y armar un programa económico digno de tal nombre, del que ahora mismo carece. Con las encuestas a favor -como la que publica hoy OKDIARIO-, empieza a ser urgente, según estas voces.

Por el lado de los empresarios, dieron su primer puñetazo en la mesa con la ausencia masiva en el show publicitario de España 2050, a la que respondió Sánchez con el atropello de Fernando Abril-Martorell en Indra. La prueba de fuego serán los próximos actos para presentar por enésima vez sus supuestas reformas o los fondos europeos (lo que le gustan a este hombre). Ahí veremos si sigue ese distanciamiento o agachan la cabeza como Garamendi.

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