¿Qué caracteriza las hipotecas a tipo fijo?
El sector inmobiliario parece que vuelve a recuperar atractivo. Algunos datos así lo demuestran: respecto el año anterior, el precio de la vivienda ha subido un 7,5% y se estima que durante el año que viene siga esta tendencia alcista. De la misma forma, la inversión inmobiliaria durante el año pasado llegó a valores por encima de los de 2007, en un contexto de burbuja inmobiliaria. El auge del sector se debe especialmente a las operaciones de compraventa de vivienda de segunda mano y de locales y oficinas.
Consecuentemente, el número de hipotecas concedidas ha subido de forma importante. Uno de los principales impulsos a estas concesiones ha sido el bajo tipo del Euríbor, que se encuentra por debajo del 0%. Aun así, cada vez más gente opta por las hipotecas de tipo fijo. Concretamente, durante este año, el 20% de las hipotecas concedidas son referenciadas a un tipo fijo.
¿Cuáles son las características de las hipotecas a tipo fijo?
Los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de escoger si nos es más favorable una hipoteca a tipo fijo son los siguientes:
· Se mantiene la misma cuota durante todo el préstamo: con una hipoteca a tipo fijo, el deudor se asegura que pagará la misma cantidad cada mes hasta el vencimiento, independientemente de cuál sea la evolución del Euríbor. De esa forma, es más sencillo planificar las inversiones y necesidades financieras a medio y largo plazo.
· Tipo mucho más bajo que años atrás: antes de la crisis inmobiliaria, era muy complicado encontrar un tipo fijo por debajo del 6%. Ahora bien, la bajada del Euríbor hasta mínimos históricos impulsó a la baja también el interés de estas hipotecas. Hoy en día encontramos tipos fijos alrededor del 2%. Continúa siendo, en este momento, un interés superior al que se contrataría en una hipoteca variable. Ahora bien, aunque el futuro es impredecible, es muy complicado que se pueda mantener durante mucho tiempo unos tipos de interés tan bajos, por lo que puede acabar resultando rentable.
· Recomendada para perfiles más conservadores: es ideal para aquellas personas adversas al riesgo y que, por encima de todo, valoran la seguridad de conocer sus pagos. Además, debido al incremento de la demanda, las entidades se han marcado como objetivo aumentar su comercialización. Como consecuencia de la mayor competencia, los tipos bajan.
· No existen cláusulas suelo: una de las principales críticas a los créditos hipotecarios era la existencia de cláusulas suelo. Ello provocó que los clientes no se pudieran beneficiar del descenso del Euríbor.
· No se financia la totalidad de la compra: es complicado encontrar hipotecas a tipo fijo que financien más del 60% del total del coste de adquisición.
· Plazos más cortos: en relación con el punto anterior, el plazo de devolución acostumbra a ser menor, de no más de 20 años. Es un aspecto que algunas entidades, consecuencia del incremento de la demanda, empiezan a cambiar.
· Comisiones más elevadas: en general, para compensar el interés fijo menos elevado que antaño, las entidades cobran comisiones de apertura. Igualmente, en caso de subrogación (trasladar la hipoteca a otra entidad), la penalización a afrontar también es más alta que en las hipotecas variables.