Crisis económica

La previsión de déficit del Gobierno aumenta 1.700 millones en cuatro días por la caída del bono

El Gobierno dice que el gasto en pensiones está controlado basándose en la reforma de Rajoy
Nadia Calviño y María Jesús Montero.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Las previsiones enviadas por el Gobierno a Bruselas tienen más trampas que una película de chinos. Como informó OKDIARIO, las estimaciones de gasto en pensiones se basan en la ficción de que la reforma de Rajoy -derogada por el propio Sánchez- sigue en vigor. Pero hay más: sus cálculos de déficit público asumen una rentabilidad del bono a 10 años del 0,8%… cuando ya alcanza el 2%, y subiendo (debido a la caída de su precio, que se mueve a la inversa). Lo cual implica que, en sólo cuatro días, hay que añadir otros 1.600 millones aproximadamente al desfase de las cuentas públicas.

La propia AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) critica esta previsión tan poco realista del Gobierno: «Pese a la similitud del escenario macroeconómico del Gobierno y de la propia AIReF, los supuestos técnicos sobre los tipos de interés empleados por el Ejecutivo podrían resultar optimistas al no reflejar las presiones inflacionistas. El Ejecutivo sitúa el tipo de interés de la deuda pública española a 10 años en el 0,8% en 2022, cuando en la actualidad esta rentabilidad se encuentra en el entorno del 1,8%». De hecho, ayer superó el 2% por primera vez desde 2015.

Este desfase supone casi 1.600 millones de más de déficit público entre 2022 y 2023 (los años sobre los que se pueden hacer previsiones más o menos fiables). ¿De dónde sale esa cifra? Pues del déficit público que habrá que financiar con deuda nueva en esos dos ejercicios; la subida de los intereses del bono no afecta a la deuda ya emitida y el BCE seguirá comprando la deuda ‘vieja’ que haya que refinanciar.

Para este año, el Ejecutivo contempla un déficit del 6,76%, que equivale -grosso modo con el PIB actual- a unos 80.000 millones; y para 2023, la optimista previsión es del 3,9%, en torno a 50.000 millones. Es decir, 130.000 millones en total. Si asumimos el crecimiento de la economía que estima Pedro Sánchez (4,3% este año y 3,5% el próximo), una estimación prudente sería de 140.000 millones. Si a eso le aplicamos la diferencia del 0,8% y el 2% (o sea, 1,2 puntos), obtenemos en torno a 1.600 millones.

Y el bono español va a subir mucho más

Y eso, en el escenario más optimista. Porque la rentabilidad del bono español va a seguir subiendo en los próximos meses con las expectativas de subidas de tipos del BCE -el mercado ya espera tres alzas por 0,75 puntos en total- y con el fin de compras de deuda nueva por parte del banco central. Es decir, lo más probable es que esos 1.600 millones en intereses finalmente sean muchos más.

Con todo, a los economistas consultados les llama mucho más la atención la trampa de las pensiones, ya que el Gobierno hace un ejercicio de ciencia ficción en el que finge vivir en una realidad paralela en la que la reforma de Rajoy está aún vigente. De hecho, hasta se toma la molestia de explicar con detalle las medidas de aquella reforma a las autoridades comunitarias, pese a estar derogadas.

Es decir, el propio documento enviado a la Comisión reconoce que son las medidas de Rajoy las que permiten unas proyecciones halagüeñas para el gasto en pensiones; y que, sin ellas (es decir, en el mundo real), estas previsiones no podrán cumplirse y el gasto real será mucho mayor.

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