La presión fiscal en España se sitúa en máximos: sube al 36,7% y crece el triple que en la OCDE
Esta variable se ha disparado en España 5,53 puntos porcentuales desde el año 2010
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La presión fiscal en España se ha disparado en los últimos años, con una subida acumulada de 5,53 puntos porcentuales desde el año 2010, hasta el 36,7% del Producto Interior Bruto (PIB). Así, desde el año 2000, esta variable se ha incrementado a un ritmo tres veces más rápido que la media de los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según el último informe del think tank de las economías avanzadas.
La presión fiscal es una variable que relaciona el peso de los impuestos y contribuciones a la Seguridad Social en comparación con el tamaño de la economía, es decir, el PIB. Sirve para saber cuánto deben pagar los españoles para sostener el sistema público, aunque otros índices como el esfuerzo fiscal son más precisos, aunque dejan a España en un lugar todavía peor.
Si se compara con la OCDE, ese crecimiento de la presión fiscal en España de 5,53 puntos porcentuales desde 2010 es más del doble que el incremento de 2,54 puntos porcentuales del promedio de los países avanzados.
En comparación con el año 2000, la presión fiscal en España ha aumentado a un ritmo sustancialmente mayor que el promedio de la OCDE, pasando del 33,1% para España y del 32,9% para la organización al 36,7% y el 34,1%, respectivamente. Es decir, la variable española se ha incrementado el triple en 25 años, 3,6 puntos porcentuales frente a los 1,2 puntos de la OCDE.
La presión fiscal en España
En 2024, la presión fiscal de España ha aumentado 0,3 puntos porcentuales. Esto sitúa a este país entre naciones como México, Luxemburgo, Letonia Polonia e Islandia, cuya variable también aumentó más de 5 puntos desde 2010.
Por contra, la presión fiscal disminuyó en siete países respecto de 2010, siendo la mayor caída la registrada en Irlanda, que pasó del 27,7% en 2010 al 21,7% en 2024, debido en gran medida al aumento excepcional del PIB en 2015, mientras que la siguiente mayor caída se produjo en Hungría (-2,5).
Entre las principales economías de la zona euro, la presión fiscal en Alemania aumentó respecto de 2010 en 2,84 puntos porcentuales, hasta el 38%; mientras que en Francia lo hizo en 1,22 puntos, hasta el 43,5%; y en Italia en 1,06 puntos, hasta 42,7%. De este modo, la presión fiscal en España ha aumentado a un ritmo sustancialmente mayor que en el resto de grandes economías del euro.
Tomando como referencia el ejercicio 2023, la OCDE estima que el mayor peso en los ingresos fiscales de España correspondió a las contribuciones a la Seguridad Social, con un 34,7%, frente a la media del 25,5% de la OCDE, mientras que los impuestos sobre la renta de las personas físicas supusieron el 24,4%, frente al 23,7% de media en la organización.

En el caso del impuesto de sociedades, el peso de este tributo en la recaudación fiscal de España fue del 8%, frente al 11,9% de media de la OCDE, mientras que la contribución de los impuestos sobre la propiedad en España representó el 6,2% de los ingresos, frente al 5,1% de la media en la OCDE.
De su lado, la aportación del IVA se situó en el 17,6% en España, por debajo del 20,5% de la organización internacional y el peso de los demás impuestos sobre el consumo fue del 9,2%, frente al 10,8% de la media de la OCDE.
En su análisis, el think tank destaca que si bien las contribuciones a la Seguridad Social representaron el 25,5% de los ingresos fiscales totales en promedio en los países de la OCDE, el dato alcanzó el 45,5% en Chequia; el 42,9% en Eslovenia; y el 42,6% en Eslovenia, mientras que, en el extremo opuesto, en Australia y Nueva Zelanda no se cobraron contribuciones a la seguridad social.
Ocho países de la OCDE (Chile, Lituania, Hungría, Israel, Grecia, Eslovenia, Luxemburgo y Polonia) obtuvieron mayores ingresos de las cotizaciones a la Seguridad Social por parte de los empleados, mientras que el resto recaudó más de las cotizaciones a la Seguridad Social de los empleadores (aunque la diferencia fue marginal en el caso de Suiza).