Portugal pedirá a IAG 700 millones por el 44% de TAP pese a los malos resultados de la aerolínea lusa
Desde el Ejecutivo luso quieren vender su 49,9%, y se han dado para ellos 60 días
Los malos resultados de TAP complican su colocación a unos precios tan altos


El Gobierno portugués no bajará de los 700 millones en la puja que ha abierto para vender su parte en TAP Air Portugal, y así se lo hará saber a IAG, a Lufthansa y a Air France-KLM. Desde el Ejecutivo luso quieren vender su 49,9%, y se han dado para ellos 60 días, pero fuentes del propio Gobierno han trasladado a OKDIARIO que no lo van a regalar, y que tampoco aceptarán menos de 700 millones por un paquete del 44,9%. El otro 5% tienen planeado colocarlo entre los propios empleados de la aerolínea. Además, exigirán mantener las rutas de Lisboa, Oporto y Faro, aunque están abiertos a que las sinergias puedan suponer cambios en algunos trayectos y, sobre todo, en el modelo de gestión de empleados.
Sabe Lisboa que TAP es una aerolínea con la que IAG, en particular puede lograr grandes sinergias, y reducir muchos de los problemas que lastran las cuentas de las portuguesa. Y por eso no la van «a regalar». «Se trata de lograr una plusvalía», confiesan a este diario, «pero no hay una necesidad ni una urgencia». Además, «las cifras están mejorando aunque continúen siendo malas».
Pese a que no haya urgencia, la realidad es que el Gobierno de Portugal se había dado un plazo de dos meses para colocar su participación en la aerolínea, y que existe una cierta prisa tanto por realizar la desinversión como por lograr que la compañía sanee sus cuentas de manera privada. El Ejecutivo luso ha puesto precio a la operación: aspira a recaudar algo más 700 millones de euros por ese bloque, lo que implica valorar la compañía por encima de los 1.500 millones en conjunto. Esto supone, en todo caso, una bajada respecto a los cerca de 2.000 millones en los que se valoraba la compañía. Una pequeña rebaja, que varios analistas consultados consideran «acorde a las cuentas presentadas».
La cifra choca con la delicada situación financiera que atraviesa TAP, que ha cerrado el primer semestre de 2025 con unas pérdidas de 70,7 millones de euros. Los números rojos se han multiplicado respecto al mismo periodo del año pasado, cuando el déficit se limitó a 24,8 millones.
Los resultados de TAP
Según los datos publicados por la aerolínea, los ingresos operativos alcanzaron 1.955,2 millones de euros, un 1% menos que en la primera mitad de 2024. La caída se debe principalmente a un descenso de 9,5 millones en la facturación por transporte de pasajeros, pese a que la división de carga y correo creció un 7%.
El resultado operativo recurrente (EBIT) se desplomó hasta los 17,3 millones, frente a los 111,6 millones del año anterior, lo que supone un retroceso del 84,5%. El EBITDA recurrente cayó un 18,3%, hasta 259,2 millones. Los costes operativos aumentaron un 3,8%, hasta 1.964,2 millones, empujados sobre todo por los gastos de personal (+13,6%). Además, la devaluación del dólar supuso pérdidas por diferencias de cambio de 42,7 millones, que impactaron directamente en caja.
La privatización de TAP
Portugal endurece la negociación con IAG, Lufthansa y Air France-KLM poniendo condiciones sobre la mesa, como ya anunció hace unas semanas que haría el propio primer ministro portugués, Luis Montenegro. Asegurando que no van a «despilfarrar el dinero» del contribuyente, y que es «necesaria una gestión privada de la aerolínea», Montenegro quiere poner a la venta el 49,9% de TAP, rebajando el 51% que su predecesor, Costas, quería sacar a subasta. Mantiene, eso sí, la idea de colocar el 5% entre los empleados.
La idea es que la privatización parcial de TAP sea algo más que un mero salvavidas financiero que pueda llegar desde IAG, Air France o Lufthansa. Según la hoja de ruta aprobada, los grupos interesados deben de presentar sus ofertas hasta finales de octubre, y ya conocen las exigencias mínimas del Gobierno. Entre los potenciales candidatos a quedarse con esa participación de TAP figuran los tres grandes conglomerados europeos: IAG (matriz de Iberia, British Airways y Vueling), Lufthansa y Air France-KLM. Sin embargo, Lisboa también ha dejado la puerta abierta a inversores extracomunitarios, con la intención de no entregar la gestión de TAP en condiciones ventajosas a los grupos ya asentados en el mercado.
La exigencia de 700 millones por el 44,9% del capital supone tensar la cuerda en la negociación. IAG ha mostrado en el pasado interés por la compañía portuguesa, aunque la valoración choca con los resultados negativos actuales. De hecho, la cifra que se baraja implica valorar TAP por encima de 1.500 millones de euros, cuando hace un año los analistas situaban el precio del 100% de la aerolínea en torno a los 2.000 millones.
El movimiento del Ejecutivo portugués busca reforzar la posición del Estado en la negociación y atraer capital sin renunciar a capacidad de decisión en la gestión. Una estrategia que, de prosperar, obligará a los grandes grupos europeos a asumir un coste elevado si quieren asegurarse el control de la compañía lusa, clave para el tráfico aéreo entre Europa, Brasil y África.