Las opciones de Florentino tras estallar la operación Atlantia
El miércoles fue un día de sabor agridulce para Florentino Pérez. El Real Madrid arrasaba inesperadamente al Chelsea en Londres con un Benzema imperial, pero no podía disfrutar plenamente de la victoria porque salía a la luz un plan laboriosamente diseñado desde hace meses para hacerse con el control total de las autopistas de Abertis de forma amistosa, su gran objetivo de crecimiento. Y tiene toda la pinta de que este ruido mediático va a dar al traste con un plan que pasaba por convencer amistosamente al viejo enemigo del presidente de ACS: la familia Benetton.
Pérez, siempre osado (por eso ha llegado donde ha llegado), ha librado decenas de batallas en su larga carrera. La mayoría con gran éxito, aunque en algunas tuvo que retirarse a sus cuarteles de invierno, como el intento de toma de control de Iberdrola en 2005 o el proyecto de Superliga del año pasado. Como buen emprendedor, ha aprendido de esas derrotas. Y quiere poner en práctica esas enseñanzas en sus nuevos proyectos.
Y vaya proyectos. En el plano futbolístico, son bien conocidos: traer al Bernabéu a Mbappé y Haaland, operaciones que van bien encarriladas pero, si hay algo que Pérez sabe bien, es que hasta el rabo todo es toro. Y en el empresarial, su gran objetivo es crecer en autopistas, su negocio favorito por los enormes dividendos que genera. Para ello, tiene que quitarse la espina clavada de la guerra que libró en 2017 y 2018 con Atlantia, el holding de autopistas de los Benetton, por hacerse con Abertis. Una lucha que acabó con la ‘partición’ del capital de la concesionaria en dos mitades, aunque con una acción más para los italianos.
La oportunidad perfecta
Ahora, ha llegado la ocasión perfecta para arreglar ese cierre en falso. Primero, porque esta vez ha encontrado dos socios muy potentes -los fondos GIP y Brookfield- interesados en la parte de Atlantia que él no quiere, es decir, aeropuertos, ferrocarriles y movilidad: el escenario ideal para comprar la compañía y repartírsela. Segundo, porque soplan nuevos vientos en Italia con Mario Draghi, y esta vez no iba a encontrarse con los vetos políticos que le impidieron comprar las autopistas de ese que tuvo que vender la propia Atlantia (ASPI, antigua Autostrade) tras el trágico derrumbe del puente de Génova. Para redondear la jugada, ACS cuenta ahora en caja con los 5.000 millones de la venta de Cobra (el negocio industrial).
Pero, después de lo ocurrido en el primer intento, Florentino tenía claro que no podía ir por las bravas contra los Benetton, sino que debía diseñar una operación amistosa para negociarla con ellos y llegar a un acuerdo satisfactorio para todos. Según fuentes cercanas a la operación, llevaban meses trabajando en ello para que esta vez no fallara nada.
Pero la noticia de la agencia Bloomberg ha dado al traste con este cuidado y ha expuesto el plan antes de lo que le hubiera gustado al consorcio de ACS. Como era de esperar, eso ha desatado una reacción furibunda de los Benetton, que no han tardado ni un día en encontrar un caballero blanco paradójicamente llamado Blackstone. Y no sólo eso, sino que han extendido el rumor de una opa inminente, incluso en plena Semana Santa, y a un precio inalcanzable para Pérez y sus socios: 24 euros por acción.
O retirada u opa hostil
Aunque finalmente esta ‘contraopa preventiva’ sea un farol, entidades habitualmente asesoras o financiadoras de ACS se muestran muy pesimistas sobre la operación. Creen que ha saltado por los aires, que los Benetton se niegan a hablar y que será imposible cualquier arreglo amistoso. Ante lo cual sólo quedarían dos opciones: o retirarse y perder la oportunidad de oro, o lanzar una opa hostil (los Benetton sólo tienen el 33,1% de Atlantia, así que pueden perder la mayoría).
Pero con la jugada de Blackstone lo que han hecho es poner precio a esa posible oferta hostil, los citados 24 euros. Santander estima que el máximo que debería pagar ACS son 21 y otros bancos de inversión lo dejan incluso en 20, o no salen las cuentas. ¿Merece la pena pagar un precio tan alto?
Florentino y sus socios tendrán que pensárselo mucho. Pero, de momento, le han amargado el triunfo en Stamford Bridge. Al menos, confía en que la clasificación para semifinales de la Champions League no se tuerza este martes con la renta de 1-3 para el partido de vuelta en el Bernabéu.