Vivienda

Nuevo requisito para propietarios que quieran alquilar sus casas a partir de esta fecha

Casas
Firmando el contrato de alquiler de una vivienda.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

A partir de 2030, quienes deseen vender o alquilar una vivienda en la Unión Europea deberán ajustarse a nuevas normativas en materia de eficiencia energética. Estas regulaciones, basadas en la Directiva Europea de Eficiencia Energética, exigirán que las viviendas cuenten con una calificación mínima en el Certificado de Eficiencia Energética (CEE), que mide el consumo energético y las emisiones de CO2 mediante una escala de la A (muy eficiente) a la G (menos eficiente). Actualmente, es suficiente con tener este certificado en vigor, pero desde 2030 será obligatorio que las viviendas tengan al menos una calificación E. Para 2033, este requisito se endurecerá aún más, exigiendo una calificación D. Esto implica que muchos propietarios tendrán que asumir reformas significativas, especialmente en inmuebles antiguos, para cumplir con las exigencias antes de poder vender o alquilar.

Con el propósito de facilitar estas adaptaciones, el Gobierno ofrece incentivos económicos en forma de deducciones fiscales, cuyo porcentaje varía según las mejoras logradas en eficiencia energética. Por ejemplo, se puede obtener una deducción del 20% (hasta 5.000 euros) si la demanda de calefacción disminuye en un 7%, o del 40% (máximo 7.500 euros) si el consumo energético se reduce un 30% o la vivienda alcanza una calificación A o B. Para reformas en comunidades de vecinos, las deducciones pueden alcanzar el 60%, con un límite de 15.000 euros. Además, en casos de vulnerabilidad económica, las ayudas pueden cubrir hasta la totalidad del coste de las obras. Las solicitudes se gestionan a través de las Oficinas de Rehabilitación autonómicas, presentando la documentación requerida dentro de los plazos establecidos.

Cambio en la legislación europea sobre eficiencia energética

La Unión Europea ha dado un paso decisivo hacia la sostenibilidad con la aprobación de la nueva Directiva de Eficiencia Energética en los Edificios, que introduce nuevos requisitos para mejorar el rendimiento energético del parque inmobiliario. A partir de 2030, será obligatorio que todas las viviendas en venta o alquiler cuenten con una calificación energética mínima de E, lo que supone un avance en la lucha contra el cambio climático y una oportunidad para modernizar inmuebles antiguos.

En países como España, donde más del 50% de las viviendas tienen más de cuatro décadas, esta normativa impulsará reformas destinadas a mejorar el aislamiento térmico, renovar sistemas de calefacción y adoptar fuentes de energía renovable como placas solares. Además de contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, estas medidas permitirán a los propietarios disfrutar de hogares más eficientes y confortables, con menores costes energéticos a largo plazo.

El impacto de esta directiva no se limita a los propietarios. También plantea un desafío y una oportunidad para sectores como la construcción y la rehabilitación, que serán clave para cumplir con los objetivos europeos de sostenibilidad. El Gobierno ya ha implementado planes de apoyo económico, como las ayudas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), destinadas a financiar reformas necesarias para adecuar las viviendas a los nuevos estándares.

Por otro lado, la norma establece que los edificios nuevos deberán ser climáticamente neutros desde 2030, mientras que aquellos ya existentes tendrán plazos progresivos para mejorar su eficiencia. Este cambio estructural en el mercado inmobiliario será determinante en la lucha contra el cambio climático, y también sentará las bases para una economía más sostenible, con viviendas diseñadas para reducir su impacto ambiental.

Calificación energética de viviendas

La calificación energética de un inmueble depende de aspectos como los sistemas de calefacción, refrigeración, ventilación, iluminación, aislamiento y producción de agua caliente. En esencia, se trata de evaluar la cantidad de energía requerida para garantizar un hogar cómodo y funcional.

La escala de eficiencia cuenta con siete categorías, de la A a la G, y las diferencias en consumo entre estas son notables. Por ejemplo, una vivienda clasificada con la letra A puede consumir hasta un 90% menos energía que una con calificación G. Las viviendas con categorías intermedias, como B o C, también presentan importantes ventajas de ahorro energético, con reducciones del 70% y 35%, respectivamente.

En España, muchas viviendas se encuentran en las categorías E, F o G, lo que refleja un alto nivel de ineficiencia. Para conocer la calificación energética de un hogar, es necesario contar con un certificado expedido por un profesional autorizado.

Para obtener este documento, se debe recurrir a un técnico especializado o una empresa de servicios energéticos. El certificado incluye información clave sobre el inmueble, como las características energéticas, la normativa aplicada durante su construcción y una descripción de las pruebas realizadas. Además, se acompaña de un informe con recomendaciones para mejorar la eficiencia del hogar, clasificadas según su viabilidad técnica y económica.

Mejorar la calificación energética trae consigo numerosas ventajas. Entre las principales, destaca la reducción del impacto ambiental, ya que el menor consumo de energía contribuye a disminuir las emisiones contaminantes. Además, supone un ahorro significativo en las facturas energéticas y aumenta el confort en el hogar, ya que se logra una temperatura más estable durante todo el año.

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