Crisis económica

Moody’s alerta de la «lentacesión»: crecimiento muy bajo todo el año pero sin caer en recesión

Moody's,
Cartel de Moody's.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El escenario central de los economistas -incluyendo el FMI- para los países occidentales en 2023 es el de una recesión (crecimiento negativo), aunque moderada y de corta duración. La agencia de calificación Moody’s se sale de este consenso y plantea un escenario que ha bautizado como slowcession (lentacesión), que consiste en que la economía estará estancada durante prácticamente todo el año pero sin llegar a entrar en negativo.

Moody’s se refiere a Estados Unidos, pero el escenario es extrapolable al resto del mundo desarrollado y, en especial, a España, cuya estructura económica es muy parecida a la del gigante norteamericano (muy dependiente del consumo interno y el mercado inmobiliario).

Los argumentos a favor de una recesión son la subida de los tipos de interés por los bancos centrales, que históricamente suelen provocar una contracción de la economía; la inversión de la curva de tipos (es decir, los tipos a corto plazo están más altos que a largo plazo, indicador infalible de recesión); y la caída de los indicadores adelantados.

Sin embargo, la agencia cree que hay otros elementos recientes que permiten pensar que la crisis no va a ser tan grave y que se podría evitar la recesión. Destaca la moderación de los precios de la energía, en especial del petróleo, debido a la ralentización en China y a las sanciones impuestas a Rusia por la UE. Esta moderación también se ha vivido en el gas, ayudado en este caso por las temperaturas templadas de este invierno.

También señala como argumento positivo el fin de las consecuencias inflacionistas de la Pandemia: los precios de los fletes han bajado y se están aliviando los cuellos de botella de la cadena de suministros. Todos estos factores deberían relajar las tensiones inflacionistas -y hay que tener en cuenta el efecto base de los IPC de 2022- y, en teoría, permitirían que las subidas de tipos acaben antes de lo esperado.

Esto, sumado a que la Reserva Federal y el BCE han subido tipos de forma muy agresiva (a razón de 0,75 puntos por reunión), lo que ha acelerado el impacto de este endurecimiento, puede lograr que el ciclo de subidas de tipos no provoque esta vez una recesión, a su juicio. En este objetivo, es muy relevante que los salarios no suban al mismo ritmo de la inflación, algo que en España la CEOE ha planteado en la negociación colectiva.

No hay desequilibrios

Finalmente, su optimismo también se basa en que, en las crisis anteriores, se daban otros desequilibrios que ahora no aparecen, como el exceso de endeudamiento de las familias y empresas, unos mercados financieros o inmobiliario en situación de burbuja o unos bancos sin suficiente capital.

En todo caso, lo que no espera Moody’s es un crecimiento ni lejanamente parecido al de 2022: aunque se evite la recesión, la situación de crecimiento casi nulo se prolongará durante la mayor parte de 2023; de ahí lo de «lentacesión». Y por supuesto, existen riesgos que pueden hacer inevitable la recesión, entre ellos que los bancos centrales se pasen de frenada subiendo tipos, una crisis mayor en China, o un empeoramiento de la guerra en Ucrania.

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