El mercado descarta el colapso de la deuda de EEUU por su potencial «efecto devastador» para el mundo

El mercado descarta que los aranceles impuestos por Donald Trump, presidente de Estados Unidos, aunque está reculando por los efectos que tiene en las propias empresas norteamericanas, desaten el colapso del mercado de deuda del país por el potencial «efecto devastador» que tendría para el mundo.
Con la guerra de aranceles ha asomado una reconfiguración del orden económico internacional a la luz de la presión que los inversores han puesto sobre la deuda de Estados Unidos -escalando el interés del bono a diez años por encima del 4,5%- y el dólar -volviendo a mínimos de 2022 respecto al euro-, así como la huida del dinero en dirección al oro como activo refugio -firmando nuevos máximos históricos por encima de los 3.200 dólares-.
En esta coyuntura, el mercado empieza aventurar si esta guerra de aranceles -independientemente de la moratoria arancelaria a la Unión Europea (UE) y el resto de países- puede suponer el colapso de la deuda de Estados Unidos, ya que China atesora 760.000 millones de dólares de deuda del país norteamericano y podría utilizarlos tanto como de baza de negociación como de instrumento de confrontación mediante su venta masiva.
A este respecto, la subdirectora de análisis de GVC Gaesco, Marisa Mazo, ha indicado esta semana que la deuda pública estadounidense asciende a un monto total de 30 billones -trillones en EEUU- y que la gran mayoría, hasta más de 20, pertenecen a inversores estadounidenses y la Reserva Federal (Fed), en tanto que otros países aliados, como Japón, ostentan un billón en títulos del Tesoro americano.
«El acuerdo tácito de tú me compras los productos y yo te compro tu deuda, que ha prevalecido en los mercados en los últimos 20 años, parece que Trump lo ha roto con estos aranceles», ha añadido la experta para seguidamente recordar que la principal economía del mundo adolece de una «absoluta bomba de relojería» en su seno al producirse a la vez la combinación de déficit público con déficit comercial, asuntos que precisamente quiere revertir Trump.
«La Fed puede salir a defender, ampliando balance, comprando deuda, etc.», ha ido explicando la ejecutiva para descartar los escenarios más pesimistas, en tanto que si Trump recauda todo lo previsto con sus aranceles, podría reducir el déficit al 4% y darle más solvencia a la economía nacional.
En esa línea, ha apuntado que la posibilidad de un escenario del colapso de la deuda americana le recuerda a cuando se hablaba del final de euro por la crisis de deuda en 2012, cosa que finalmente no ocurrió pese la tensión interna en la UE.
«Entiendo que [el colapso de la deuda de EEUU] no se va a producir porque el efecto sería absolutamente devastador para el mundo entero, con lo cual esperemos que la cordura prevalezca», ha remachado Mazo.
Sobre si esta situación puede devenir en un problema de tensión financiera que acarree un problema de liquidez -tal y como han señalado esta semana grandes firmas como Citi y UBS-, los expertos de Tesys Activos Financieros han desechado la idea.
«Si tienes compañías cuya capitalización media supera los 30.000 millones de dólares, la liquidez es absoluta», han asegurado el director de inversiones de Tesys, Antonio Fernández, y su presidente, César Sala.
Édouard Carmignac, presidente y director de inversiones de la firma francesa que lleva su apellido, ha señalado en una carta abierta que, hasta que se despejen las dudas y prevalezca el sentido común, se impone la prudencia a la hora de invertir, especialmente porque parece «ineludible» la debilidad del dólar.
Carmignac ha alertado de que, de aplicarse las subidas arancelarias propuestas por el inquilino de la Casa Blanca, la economía estadounidense podría entrar en recesión: «Los aranceles representarían un gravamen cercano al 2% de la renta disponible de los consumidores estadounidenses, mientras que la inflación podría alcanzar el 5%», ha cifrado.
Ha expresado con ánimo retórico que, desde el final de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos ha actuado como garante de la seguridad y los valores de Occidente, pero que, tras entregar aparentemente al señor Putin la victoria sobre Ucrania, «¿Cómo van a confiar Europa, Japón o Taiwán en Washington?».
Carmignac ha afirmado que podría argumentarse que los aliados de EEUU no contribuyen de manera suficiente al coste de su propia defensa, pero que, de igual modo, podría sostenerse que ya lo han estado haciendo al adquirir principalmente armas fabricadas en el país norteamericano y «financiar generosamente» su deuda.
«Las compras de bonos del Tesoro y renta variable han permitido a Estados Unidos vivir por encima de sus posibilidades en los últimos años, con un creciente déficit comercial financiado a menor coste por los inversores internacionales», ha lanzado el gestor en línea con esa previsión ahora de una pérdida de influencia del dólar.
«Emprender una guerra de aranceles sin duda reducirá el déficit comercial estadounidense, pero a costa de un encarecimiento sustancial de los precios para los consumidores y de un mayor déficit público provocado por un crecimiento más débil», ha vaticinado para rematar que «una política así de absurda es insostenible».