Lula o Bolsonaro: para Santander la clave es Roberto Campos, presidente del Banco Central de Brasil
«Voy a hablar despacio para que los portugueses que estén aquí me entiendan», comenzó diciendo el embajador de Brasil en España, Orlando Leite, el pasado 7 de septiembre en la fiesta del Día de la Independencia de Brasil, celebrada en la Embajada del país en Madrid. Tras arrancar la risa de los cientos de brasileños asistentes, el embajador tuvo unas palabras de agradecimiento en su discurso para las compañías españolas que habían patrocinado el evento. Pero tuvo especial atención con Santander. «Bueno, es que Santander es un banco de Brasil», comentó.
Para Brasil, Santander se ha convertido en una de las principales entidades financieras del país, se ha convertido en un banco brasileño. Para el banco español, Brasil es un mercado esencial, tanto o más que Estados Unidos o Reino Unido, más que España.
En 2021, Brasil supuso el 22% del resultado ordinario del grupo Santander, por encima de España (el 9%) y Reino Unido (el 15%), y el mismo que Estados Unidos (el 22%). El banco español emplea en Brasil a más gente que en cualquier otro mercado, más de 52.000 personas (26.249 en España, 17.578 en Reino Unido, 25.957 en México, 15.000 en Estados Unidos).
Pero los resultados obtenidos por Santander Brasil en los últimos trimestres no han sido bien recibidos por el mercado, y la cotización de la entidad se ha resentido.
El miércoles, cuando el banco comunicó sus resultados globales entre enero y septiembre, el valor en Bolsa del grupo cerró con una caída del 3,2%, a pesar de haber presentado un beneficio récord, de 7.316 millones de euros. El pasado 26 de abril, cuando Santander informó sobre sus resultados en los seis primeros meses del año, con 2.543 millones de beneficio, la cotización del banco cayó un 6,79%. En los dos casos, los analistas han coincidido en mencionar Brasil como uno de los factores que explican las caídas.
Preocupa especialmente el incremento del ratio de morosidad registrado en el país. La mayor tasa de morosidad por mercados la tiene Santander en Brasil, del 6,63%, el doble que otros mercados en los que opera (del 3,69% en España, del 1,16% en Reino Unido, o del 2,92% en Estados Unidos). La situación económica actual -«lo peor está por venir», advirtió en octubre el FMI – y la fuerte confrontación política y social que se vive en Brasil en periodo electoral, hacen temer que los resultados del banco en este mercado no mejoren en el corto plazo.
Por todo ello, para Santander es vital un Gobierno brasileño que vele por la seguridad jurídica, la contención de la inflación, el crecimiento económico. El banco presidido por Ana Botín asiste este domingo a las elecciones presidenciales que se celebran en Brasil, en segunda vuelta, en las que los candidatos Jair Bolsonaro y Lula da Silva se encuentran prácticamente empatados.
¿Qué candidato es mejor para los intereses de Santander? Los analistas, también fuentes del banco consultadas por este diario, consideran que ni uno ni otro van a ejercer gran influencia sobre el devenir de la entidad. «El mercado se siente bastante confortable con las propuestas de ambos candidatos y con las personas que serían Ministros de Finanzas», indicó esta semana el consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, en la presentación de los resultados trimestrales del grupo. «No espero grandes cambios», añadió el ejecutivo.
En el fondo, para Santander, el mejor ‘candidato’ no es otro que el presidente del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, designado para el puesto en 2018 por el presidente Bolsonaro, siendo alto ejecutivo de Santander Brasil.
El economista Campos Neto, 53 años, se ha erigido como salvaguarda de la economía brasileña en un convulso contexto político. El Banco Central de Brasil se anticipó a las subidas de tipos de interés de otros países, y ha conseguido domar en cierta medida el disparatado incremento de los precios.
El organismo ha elevado las tasas de interés hasta el 13,75%, lo que conjugado con bajadas de impuestos aprobadas por Bolsonaro para atajar los precios energéticos, ha servido para que la inflación en Brasil se sitúe en el 7,17%. La publicación especializada LatinFinance ha otorgado este mes a Campos Nieto el premio al mejor presidente de los bancos centrales de América Latina, por su labor durante la crisis del Covid y en la actual crisis económica.
El presidente del Banco Central de Brasil, nieto de Roberto de Oliveira Campos -Ministro de Planificación durante la dictadura, quien creó en los años sesenta del pasado siglo el Banco Central de Brasil- se formó en la Universidad de California, en Los Ángeles, especializándose en finanzas. A principios de siglo comenzó a trabajar en Santander Brasil, llegando a ocupar el puesto de primer responsable de Tesorería de la filial brasileña del grupo español. Campos Neto permaneció en el Santander hasta que fue fichado por Bolsonaro para ocupar la presidencia del Banco Central de Brasil, en febrero de 2019.
El pasado año, Roberto Campos Neto apareció en los conocidos como Papeles de Pandora, con sociedades en paraísos fiscales. Aseguró que se trataba de un patrimonio logrado durante 22 años de trabajo en el mercado de capitales, y que desde que asumió el cargo de funcionario público no había realizado movimientos en esas cuentas.
En sus últimos resultados trimestrales, presentados esta semana, Santander Brasil proyecta para 2023 que la inflación caiga al 5,3%, y al 3% en 2024. El banco español además ha mejorado sus proyecciones sobre el crecimiento del PIB brasileño para este año, hasta el 2,6%, frente al 1,2% que calculaba anteriormente. Para bien de Santander, Roberto Campos Neto mantendrá la presidencia del Banco Central de Brasil gane quien gane las elecciones este domingo: el periodo en el puesto expira en diciembre de 2024.