¿Invertimos en banca?

Esta semana, Gisela Turazzini explica las ventajas de invertir en banca, ya que las entidades financieras españolas cotizan en mínimos del último lustro generando con ello una oportunidad histórica de valor.

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Billetes y monedas de euro.

“Si alguna vez ve saltar por la ventana a un banquero suizo, salte detrás. Seguro que hay algo que ganar.” Voltaire

Hay un cierto halo de relación simbiótica entre el poder y el dinero, ambos elementos son dominantes sobre nuestra manera actual de vivir, tan necesarios como corruptibles, tan tentadores en su esencia como indestructibles, formando de ese modo parte esencial de nuestro corrupto eje social denominado capitalismo. El poder representado por la política, y el dinero liderado por quien tiene la facultad de emisión:¡los éticos Bancos! quienes en mi opinión lamentablemente son eje social. Sabemos sobradamente que esta sociedad contemporánea depende de la capacidad de la banca de ejercer su trabajo de manera responsable y a su vez de la capacidad de liderazgo de la clase política. Algo que ciertamente pongo en duda. En definitiva: ¡poder y dinero! más allá del “poder y mercado” que defendía Rothbard puesto que al fin y al cabo en capacidad de ahogar el libre mercado existe el intervencionismo de aquel que ostenta ese poder y ese dinero, ¿adivinan a quienes me refiero? Políticos y banqueros ¡las joyas de la corona!

Pienso mucho en la codicia… No me gusta. Es un factor al que podríamos aplicar otros tantos factores emocionales o conductuales propios del ser humano dado que es inexcusable la capacidad corruptible de las personas y por ende ello convierte a la codicia en un factor tristemente elemental. Me refiero a la codicia sin líneas rojas de querer más poder y más dinero. Así, señores, “la banca” cambió ingeniosamente a través de la ‘Ley de Peel’ su sistema de negocio centrado en prestar de manera responsable el dinero ahorrado convirtiéndolo de un sistema de coeficiente de caja del 100% a un modelo de reserva fraccionaria ¡craso error prestar más de lo que se tiene! ¿no les parece?

Esta maquiavélica voluntad de expandir los balances más allá de la capacidad de ahorro de nuestra sociedad ha restado valores a la capacidad de endeudamiento de los agentes económicos sentando las bases de un sistema bancario que ya en su propia naturaleza es chantajista y muy frágil. Hoy la banca sigue purgando los excesos de la burbuja del ladrillo, ¿la recuerdan? Porque a veces creo que a muchos se les ha olvidado… Hoy en día, tras la quiebra masiva de las cajas de ahorro y la absorción de los pequeños bancos, vivimos en un entorno de grandes bancos sistémicos que han visto en las nuevas tecnologías la salvación ante un escenario de bajos tipos de interés, que claramente deteriora sus negocios. No en vano, allá por 1998 cuando los tipos de interés rondaban el 7%, esos mismos bancos vivían sus vacas gordas cotizando en Bolsa más de siete veces su valor contable, muy alejado de lo que acontecemos hoy en día con tipos de facilidad de depósito al -0’40%, circunstancia que se penaliza en un mercado que les cotiza en 0’4 veces su valor contable. ¡Tremendo! Pero, siempre mantengo que algo bueno existe en las crisis, y es la bendita capacidad de reinventarse. La banca ha logrado este 2018 acercarse a su techo de beneficios marcado en 2007, algo destacable puesto que los esfuerzos de la banca para normalizar el cobro de comisiones y despedir a sus empleados cerrando oficinas a cambio de que sus clientes realicen sus gestiones online, les repercute en menos carga de trabajo administrativo y mejores márgenes. Y, claro, el cliente encantado de librarse de hacer las colas bancarias, otrora insoportables.

La capacidad que tiene este sector de generar beneficios permite pensar que el ROE del sector bancario podría explosionar al alza, ¿cuándo? justo en el momento en el que veamos el tipo de facilidad de depósito en positivo, algo que no debería tardar en suceder habida cuenta de la “no convencionalidad” de las políticas monetarias del Banco Central Europeo (BCE). Los bancos centrales han salvado el sistema bancario de la quiebra manipulando las leyes del libre mercado a su favor, lo cual no comparto ya que para mí como liberal lo que no funciona, ¡se cambia! Intentar salvar aquello que no funciona evita el progreso, y el poder coercitivo de la banca es tan grande como el del Estado. ¿Qué queda del Too big to Fail? La única realidad es que los bancos españoles cotizan en mínimos del último lustro generando con ello una oportunidad histórica de valor, sin menospreciar los riesgos existentes y una duda razonable que se cierne en el horizonte: ¿es Sabadell otro Popular? Lo que sé es que el BCE quiere en España cuatro grandes Bancos y no descarto una fusión entre Bankia y el Banco Sabadell que contente al BCE y libere al Estado español de soltar lastre en Bankia. ¡No lo descarten ustedes tampoco! Y por cierto, en Blackbird estamos convencidos que Sabadell no es Popular.

Estamos ante un momento históricos para invertir en banca, pero a corto plazo la vulnerabilidad comentada seguirá dominando sus cotizaciones, y ante nosotros queda la facultad de comprender que la socialización de las pérdidas del sector financiero ha convertido 300.000MM€ de crédito al promotor en deuda del Estado y claro, tanto esfuerzo simbiótico no quedará en agua de borraja. Como decía Voltaire: “si alguna vez ve saltar por la ventana a un banquero suizo, salte detrás. Seguro que hay algo que ganar” y si tras él salta un político, tal vez lo que se pueda ganar sea el doble.

Gisela Turazzini
CEO, Blackbird Broker

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