El informe Draghi alarma a Europa: 800.000 millones de inversión al año o «no competiremos con China»
Mario Draghi, ex primer ministro italiano y ex presidente del BCE, es claro respecto a la defensa de Europa frente al comercio de China: «hace falta una inversión masiva de 5 puntos del PIB al año». Es decir, hay que invertir en el entorno de 800.000 millones anuales, lo que supone una inyección pública equivalente a más de dos veces el famoso Plan Marshall que sirvió para reconstruir la economía europea tras la II Guerra Mundial.
Dice Draghi en su informe, encargado por la Comisión Europea para detectar las debilidades económicas del Viejo Continente que la inversión debe crecer 5 puntos porcentuales de PIB al año, «hasta alcanzar los niveles de los años 60 y 70», si queremos que «Europa mantenga la competitividad frente a países como China o Estados Unidos».
«La única manera de ser más productivos es que Europa cambie radicalmente», señala el ex presidente del Banco Central Europeo -BCE- en el informe sobre competitividad de la UE que le encargó la propia presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y que acaban de presentar en una rueda de prensa.
Digitalización, descarbonización, aumento del gasto en defensa, apoyo a sectores clave… La «inversión masiva» que describe Draghi tiene problemas para ser sostenible en el tiempo y por eso incluye varias simulaciones con fondos desde la propia Comisión Europea y desde el Fondo Monetario Internacional -FMI-.
Simulacros de inversión
Según los resultados de las propias simulaciones de Draghi, esa inversión «masiva» es posible que se lleve a cabo sin que, por el camino, haya restricciones de oferta. Inyectar sin tener que parar la producción ni reducir el número de productos, que podrían llevar a una inflación excesiva de nuevo.
Eso sí, para que eso no pase, la inversión pública debe ser enorme pero, sobre todo, debe de estar bien pensada en cuanto al modelo de financiación, para que no suponga un gran coste a los distintos sectores y, a la vez, no vulnere las normas de competitividad, afectando al libre mercado.
Viene a sugerir, en realidad, algo similar a lo que él mismo llevó a cabo para salir de la crisis de deuda de 2012 en Europa. Inyectar dinero vía crédito, prácticamente gratis, pero con una diferencia: «ahora deben asegurar que el dinero no paga la deuda empresarial, sino que fomenta su desarrollo e inversión».
El informe presentado por el italiano analiza los principales retos que afrontará la UE en los próximos años. Además, pide culminar la unión de los Mercados de Capitales, por la necesidad de que circule internamente el dinero con mayor facilidad, y pide que las políticas públicas sean ambiciosas.
De hecho, esas políticas «industriales, de competencia y comerciales», tienen que ser «inéditas y estar a la altura» de la inversión tan enorme que se va a realizar, y no quedarse en «pequeños cambios». «Tienen que suponer», explica Draghi, «un verdadero impulso económico».
Draghi considera que Europa debe asumir riesgos y tomar «medidas audaces, o asumir que perderá su independencia». De hecho, el ex presidente del BCE es claro en su informe: «Si Europa no es más productiva, habrá que elegir». Y la elección pasa por descartar «ambiciones». No podremos «convertirnos en líderes en nuevas tecnologías, faro de responsabilidad climática y actor independiente en la escena mundial». Y lo que es peor, «no podremos financiar nuestro modelo de vida y nuestras ambiciones». Por eso es urgente aplicar las medidas y, sobre todo, ir de la mano y con independencia frente a China y Estados Unidos.