Economía
Energía

El Gobierno impuso a la CNMC aprobar cientos de proyectos renovables sin examinar su solvencia

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera impuso a la CNMC la aprobación de cerca de 300 proyectos de instalaciones renovables sin examinar la solvencia de las empresas adjudicatarias de los mismos, según fuentes conocedoras de la situación. Aparte de la injerencia en un organismo teóricamente independiente, esto dispara el riesgo de más casos de quiebras de pequeñas empresas del sector, como el de EiDF.

Los hechos ocurrieron en el mes de abril, cuando llegó un aluvión de solicitudes para recibir el visto bueno de la CNMC a instalaciones renovables (la mayoría solares), algo que es preceptivo para poder comenzar su construcción en proyectos a partir de 50 MW de capacidad. Hasta entonces, el organismo que preside Cani Fernández examinaba rigurosamente la capacidad económica de cada proyecto, como es su obligación, y tumbaba aquellos que no tenían solvencia suficiente.

Pero en este caso, al ser tantas solicitudes de golpe, su examen detallado habría requerido mucho tiempo por parte del organismo. Y muchas de esas licencias habrían caducado -los adjudicatarios tienen un plazo para obtener todos los permisos necesarios-, por lo que el departamento de Ribera solicitó aprobarlas todas sin analizar su solvencia. Y Fernández lo hizo para no generar un problema con esas licencias.

Un portavoz del organismo respondió a OKDIARIO que «la CNMC niega haber recibido algún tipo de consigna en este sentido por parte de ningún Ministerio».

El aluvión de solicitudes se debió al enorme retraso del Ministerio en la tramitación burocrática de estas licencias -como en el caso de Green Capital-, que datan de 2018, 2019 y primera mitad de 2020. Pero el Gobierno aprobó una norma que establecía que las adjudicaciones caducaban a los 34 meses de la publicación de la misma (independientemente de la fecha de la adjudicación), plazo que se cumplía el 25 de abril de este año.

Riesgo de quiebras

Esta aprobación masiva puede tener consecuencias muy graves en el sector: «Hay un descontrol absoluto en las renovables, hay mucho aficionado que se ha metido, pequeñas empresas sin capacidad económica, incluso SL [sociedades limitadas] con 3.000 euros de capital», sostiene una de las fuentes citadas. Unas empresas con proyectos renovables que ahora han pasado el corte de la CNMC sin problemas.

La presidenta de la CNMC, Cani Fernández.

Este tipo de microempresas no tiene solvencia suficiente para acometer la construcción de instalaciones de cierta potencia. Hasta ahora, su modus operandi era apalancarse muchísimo, es decir, financiarlo prácticamente todo con deuda, cuando los tipos eran cero. Pero ahora, con los tipos al 4,5%, esta fórmula resulta inviable para muchas de ellas.

Los primeros casos de empresas con grandes adjudicaciones de renovables que no han sido capaces de sacarlas adelante han sido los de Capital Energy, que tuvo que vender a derribo su comercializadora a Repsol para aliviar su asfixiante situación, y EiDF, que ocultó información a sus accionistas según la CNMV (el supervisor del mercado de valores) para no revelar las dudas de su auditor sobre su viabilidad.

Exceso de renovables

Pero hay peligro es más grave y más estructural. Como ha venido explicando OKDIARIO, se han concedido tantas licencias renovables en tan poco tiempo que el sistema eléctrico ya no es capaz de absorber la energía que generan; es decir, hay parte de la capacidad renovable que se queda sin utilizar. Y, aun así, el Gobierno pretende duplicar la capacidad actual en 2030.

«Con tanta generación renovable, el precio de su producción va a tender a cero en muchas horas y nadie va a ser capaz de ser rentable. En especial los pequeños productores, que no van a poder recuperar las inversiones que tienen que acometer para desarrollar los parques eólicos o solares», según las fuentes.