Reestructuración bancaria

El FROB elude justificar por qué se saltó sus propias normas en la fusión de Bankia con CaixaBank

Tras asegurar que debe seguir " procedimientos que aseguren la competencia y fomenten las mejores prácticas en el mercado de valores"

El FROB se escuda en que no vende en CaixaBank-Bankia para no cumplir las reglas de competencia de la UE

FROB 2021
Paula Conthe, presidenta del FROB.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El FROB publicó este martes su Memoria anual de 2020, en la que reconoce que debería haber maximizado la recuperación de ayudas públicas en Bankia mediante un proceso competitivo, pero no justifica por qué no lo ha hecho en la fusión con CaixaBank, en la que tampoco exigió la presentación de una opa ni abrió las cuentas de la entidad nacionalizada a otros posibles interesados.

En el apartado de «Gestión de la participación en BFA-Bankia», el FROB reconoce que debía actuar bajo la premisa «de ejecutar la desinversión en Bankia favoreciendo la recuperación de ayudas públicas a través de procedimientos que aseguren la competencia y fomenten las mejores prácticas en el mercado de valores».

Sin embargo, el organismo que preside Paula Conthe (hija de Manuel Conthe) no hace ninguna referencia a por qué no siguió esta premisa en la fusión de Bankia con CaixaBank en el apartado dedicado a esta operación. En cambio, sí sostiene que, «debido a que las valoraciones de mercado del sector bancario se han visto afectadas por la pandemia y sus efectos sobre la economía y continúan sometidas a la presión del entorno de bajos tipos de interés, no se han dado las condiciones adecuadas para proceder a una nueva operación de venta de títulos».

Es decir, el FROB no podía vender en mercado por las bajas valoraciones pero sí fusionar Bankia con CaixaBank pese a que la operación se acordó con la cotización en mínimos históricos. El antecesor de Conthe, Jaime Ponce, explicó en el Congreso que la fusión no es una desinversión ya que no hay venta de acciones, y que por eso no hacía falta aplicar estas reglas (ni las normas europeas, que exigen un proceso con publicidad, transparencia y concurrencia).

Ni proceso competitivo, ni opa, ni sondeo

Pero esta explicación es muy discutible. El efecto negativo no es sólo que el Estado podría recuperar más dinero del rescate con otra fórmula, sino que está ofreciendo una ventaja competitiva al comprador (CaixaBank), lo que distorsiona la competencia en el sector. Ninguna otra entidad ha tenido acceso a la misma información que CaixaBank en la due diligence que llevó a cabo. Para ello, el FROB tendría que poner en marcha un data room como hizo el Banco Popular en su subasta fallida de Saracho.

Por otro lado, Ponce aseguró que «de esta negociación pública y oficial [en Bolsa] se desprende la posibilidad de que hipotéticas alternativas de integración se pudieran plantear y la viabilidad de tal planteamiento estaría regulatoriamente reconocida y ordenada a través del régimen jurídico de ofertas públicas de adquisición de valores». Es decir, si alguien quería comprar Bankia, Tenía que lanzar una opa… cuando no se obligó a CaixaBank a presentar una (de hecho, ni siquiera hizo falta que la CNMV le concediera una dispensa de esta obligación, como informó OKDIARIO).

Además, el propio FROB ha actuado de forma distinta en integraciones mucho menores. Por ejemplo, en la absorción de BMN (Banco Mare Nostrum) por Bankia en 2017, contrató a AFI y a Société Générale para determinar si había interés en el mercado por hacerse con la entidad pequeña y si podía conseguir más dinero vendiéndolo en vez de fusionarlo con Bankia. En el caso actual, sólo ha contado con un ejercicio teórico encargado a Nomura, que ni siquiera ha hecho un sondeo informal de posible interés por otras entidades.

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