El FMI avisa a Estados Unidos de que los aranceles no reducirán su déficit comercial
En concreto, la institución presidida por Christine Lagarde ha dedicado uno de los capítulos analíticos del informe ‘Perspectiva Económica Mundial’ (WEO, por sus siglas en inglés) a las consecuencias de los aranceles en el comercio bilateral entre países.
De esta forma, las conclusiones del análisis realizado por el FMI señalan que la evolución del balance comercial en las últimas dos décadas ha estado impulsada por «factores macroeconómicos» tales como la demanda agregada, la producción total a nivel nacional, las políticas económicas, la demografía y los ciclos de crédito.
«Por el contrario, los cambios en los aranceles bilaterales han jugado un papel menor en la evolución de los balances comerciales», ha subrayado la entidad radicada en Washington, añadiendo que el efecto de los gravámenes sobre importaciones y exportaciones ayuda a «dar forma» a la división internacional del trabajo, motivo por el cual los aranceles tienen «importantes efectos» en la productividad, la producción y el empleo a largo plazo.
El FMI ha indicado que «a menos que se cambien las condiciones macroeconómicas», dirigir los aranceles a un determinado balance comercial con un país solo provocará un desvío comercial que «compensará» cualquier cambio en los balances comerciales bilaterales.
El organismo ha ejemplificado esta situación con Estados Unidos y China. En caso de que Washington aplique sus gravámenes sobre importaciones de productos chinos durante un periodo de tiempo prolongado, lo único que pasaría es que aumentarían las importaciones del resto de países, por lo que no habría ningún cambio «significativo» en la balanza comercial agregada del país norteamericano.
Así, ese nivel de aranceles a largo plazo generaría un alza de las importaciones mexicanas en Estados Unidos de entre el 2,8% y el 4,3%, mientras que los bienes procedentes de Canadá avanzarían hasta un 7,5%. Las importaciones desde Corea del Sur experimentarían un alza del 10,3% y, las de Japón, hasta un 9,2%.
En caso de que ambos países impongan un arancel del 25% sobre todas las importaciones del otro, el FMI ha calculado que el PIB de Estados Unidos podría llegar a dejar de crecer entre tres y seis décimas al año, mientras que China reduciría su crecimiento entre 0,5 y 1,5 puntos porcentuales.