Las subidas de tipos de interés obligan a reducir la exposición al crédito

Empresas y familias reducen su deuda por la crisis mientras Sánchez sigue elevando la del sector público

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La deuda de las empresas se redujo en 20.500 millones de euros en 2022, y se situó en el cuarto trimestre en el 72,2% del PIB frente al 81% de un año antes. La de los hogares, por su parte, bajó en 1.400 millones, lo que supuso una caída hasta el 53% del PIB en el cuarto trimestre de 2022, frente al 58,4% en el mismo trimestre de 2021, según los últimos datos del Banco de España conocidos hoy. Esta evolución declinante de las cifras refleja la prudencia con la que se ha comportado el sector privado, y contrasta con la trayectoria del sector público, en el que, a causa del aumento ininterrumpido del gasto practicado por el Gobierno de Sánchez, el endeudamiento de España alcanzó los 1,5 billones en 2022, 75.000 millones más que en 2021.

El comportamiento de las empresas obedece básicamente al endurecimiento de las condiciones financieras como consecuencia de las subidas ininterrumpidas de los tipos de interés a cargo del Banco Central Europeo desde junio del año pasado, hasta situarlos actualmente en el 3,5% del PIB. Luego está el debilitamiento progresivo de la demanda, que aboca a un crecimiento económico máximo del 1% a lo largo de 2023, y que obliga a las compañías a ser lo más prudentes posible con su posición financiera.

Otro tanto sucede con los hogares, asediados por la inflación durante todo el año pasado, e igualmente afectados por los tipos de interés, que están teniendo una repercusión crucial sobre las cuotas hipotecarias de aquellos que contrataron los préstamos a precio variable y que están registrando aumentos notorios en la factura mensual. Aunque el índice general de inflación se ha desacelerado en los últimos meses hasta el entorno del 3,5%, la inflación subyacente, que descuenta los alimentos sin elaborar y la energía para despejar la volatilidad de esta clase de componentes, está en el 7,5%, lo que refleja que las tensiones se han trasladado a toda la cadena de producción y afectan seriamente a la capacidad de compra de las familias.

Esta pérdida de poder adquisitivo de las familias ha aumentado las presiones en favor de aumentos salariales para compensar el incremento de los precios, pero tiene el efecto contraproducente de poner en guardia al BCE, que teme que se desate una espiral de precios salarios que exija seguir subiendo todavía más los tipos de interés. De hecho, «en España, los crecimientos salariales están siendo importantes y la generalización de las cláusulas de revisión de gran parte de los convenios colectivos para recuperar la inflación pasada agravan el problema», señalan fuentes del BCE. Su vicepresidente, el español Luis de Guindos, señaló el pasado fin de semana en una reunión del Foro Ambrosetti en Cernobbio (Italia) que «el principal riesgo en el camino para reducir la inflación es el crecimiento de los sueldos, que tiene un impacto muy importante en el precio de los servicios».

El sector público, en cambio, parece ajeno a cualquier consideración sobre los riesgos de incurrir en un excesivo endeudamiento público que, debido al aumento de los tipos, va a impulsar al alza los pagos por los intereses de la deuda. La deuda pública en España en 2022 fue de 1,5 billones de euros, creció 75.305 millones desde 2021, cuando fue de 1,4 billones, y está entre los países con más deuda del mundo. Esta cifra supone que la deuda en 2022 alcanzó el 113,2% del PIB de España. Aunque ello supone una caída de 5,1 puntos respecto a 2021, cuando la deuda fue el 118,3% del PIB, España está entre los países con más deuda respecto al PÎB del mundo.

La evolución de la deuda pública muestra que ésta ha crecido desde 2012 en términos absolutos, cuando fue de 927.813 millones de euros, y también en porcentaje del PIB, ya que entonces fue del 90%. Según el último dato conocido, la deuda per cápita en España en 2022 fue de 31.556 euros por habitante, luego los ciudadanos del país están entre los más endeudados del mundo. En 2021 fue de 30.090 euros, de manera se ha producido un incremento de la deuda por habitante de 1.466 euros. Mirando hacia atrás, la deuda por persona en 2012 era de 19.856 euros. Todo esto es la consecuencia de la fuerte expansión del gasto público, sobre todo desde que Sánchez ocupa la presidencia del Gobierno, y del correspondiente incremento del déficit del Estado.

Por otro lado, la riqueza financiera bruta de los hogares se mantuvo constante en el último año, pero disminuyó en términos del PIB hasta el 205,4%, frente al 226% del ejercicio anterior.

 

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