Deloitte quiere evitar otro “caso Enron”: si alguien es culpable del fraude de Bankia es el socio auditor
Deloitte ya está preparando su defensa para sentarse en el banquillo como persona jurídica el próximo 20 de junio en la Audiencia Nacional, tras la decisión del juez Fernando Andreu de imputar a la firma que preside Fernando Ruiz en España por las presuntas irregularidades cometidas en la fiscalización de las cuentas de Bankia antes de la salida a Bolsa de la entidad, en 2011.
Según han confirmado fuentes jurídicas a OKDIARIO la estrategia de la defensa de Deloitte se basará en romper cualquier vínculo con su socio director, Francisco Celma, encargado de fiscalizar las cuentas de Bankia. Los abogados de la compañía defienden la inocencia de Celma pero dejan claro que si alguien es culpable es el auditor y no la firma, tal como establece la legislación. Por lo tanto, todo el peso caerá sobre el que hasta ahora era uno de los profesionales de referencia de la firma y del sector financiero.
“La estrategia de Deloitte es probar que no existe ningún tipo de vinculación entre el trabajo de Celma y la dirección de la auditora, argumentando que existe una total independencia de criterio del socio en su trabajo en Bankia y eludiendo cualquier tipo de responsabilidad como empresa, negando que Celma hubiera actuado presionado por políticas corporativas. El objetivo es evitar a toda costa que Deloitte sea condenada como firma de servicios profesionales, ya que esto supondría un escándalo similar al caso Enron, pero esta vez en España”, señalan las fuentes consultadas.
El juez Andreu ha imputado también a Celma como persona física, tras consultar con la Fiscalía Anticorrupción para conocer hasta que punto existen indicios de la colaboración del auditor y de la firma que representa en la ocultación del agujero contable de Bankia cuando la entidad salió a Bolsa en 2011, que un año después fue rescatada con 22.000 millones de euros de dinero público.
Es la primera vez que el socio de la firma comparece como imputado (ahora “investigado” tras la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal), ya que en 2013 Celma fue citado como testigo y declaró ante el juez durante cinco horas.
El fiscal Alejandro Luzón asegura en su escrito que «el auditor quebrantó el deber de independencia intrínseco a la función auditora consistente en verificar y dictaminar si las cuentas expresan la imagen fiel del patrimonio y de la situación financiera de la empresa» y considera que existe una “conducta dolosa” de “colaboración en la elaboración y presentación, que no ya sólo en revisión, de unos estados contables presuntamente falsos que habrían inducido a error a los inversores”.
«Conducta dolosa» de Deloitte por «elaborar una contabilidad presuntamente falsa» de Bankia
Luzón dice en el documento que ha enviado al juez que hay jurisprudencia suficiente para declarar culpable a Deloitte «por cooperación necesaria de las entidades auditoras que colaboran y se prestan a la formación de unas cuentas anuales o balances falseados», tal cono avanzó el diario El Mundo.
Fuentes del sector de la auditoría han manifestado a OKDIARIO su sorpresa por esta estrategia de defensa, ya que Celma es uno de los pesos pesados dentro de la firma, donde trabaja desde 1998 y socio director del sector de entidades financieras de Deloitte en España y codirector para el sector financiero en Europa, Oriente Medio y África (EMEA). Además, es miembro del Comité Ejecutivo de la firma y ha pertenecido al Consejo Asesor del CEO mundial de Deloitte.
A todo esto hay que añadir que “su relación con el presidente, Fernando Ruiz, siempre ha sido buena”, aunque podría tratarse de algún tipo de solución pactada, ya que Celma declaró en 2013 que no había recibido presiones por parte de la dirección de Deloitte, tal como explican las fuentes consultadas.
«En el hipotético supuesto de que el señor Celma hubiera cometido algún delito…»
«En el hipotético supuesto de que el señor Celma hubiera cometido algún tipo de ilícito, lo que negamos de plano y planteamos ahora a efectos dialécticos, la especial naturaleza de Deloitte como sociedad profesional de auditoria impediría la transferencia de responsabilidad penal alguna a dicha sociedad, dada la independencia y autonomía con la que opera el socio auditor, siendo únicamente transmisible en su caso una responsabilidad de ámbito patrimonial, ciertamente muy alejada de la responsabilidad penal», indica el recurso presentado por Deloitte ante el juez para levantar la imputación de la firma.
No obstante, el equipo jurídico de la auditora no lo tiene fácil, ya que el caso salpica directamente a la compañía, como lo demuestra el hecho de que Deloitte haya sido sancionada por el ICAC, organismo dependiente del Ministerio de Economía, por infringir de forma “muy grave” la Ley de Auditoría de Cuentas, al no actuar con independencia. Cuando Bankia salió a Bolsa la firma era, al mismo tiempo, auditora y consultora de la entidad financiera. Esta es una de las bases de la acusación por parte del fiscal.
Deloitte era, al mismo tiempo, auditora y consultora de Bankia
Bajo la presidencia de Rodrigo Rato se embolsó como consultora 2,4 millones sólo en los seis meses previos a la salida a Bolsa (julio de 2011) frente a los 1,6 millones que ingresó como auditor. “Los auditores no han reflejado evaluación alguna sobre la excesiva desproporción entre honorarios procedentes de servicios distintos de los de auditoría y los de auditoría”, señala en su informe de sanción el ICAC.
Otras fuentes consultadas del sector auditor niegan que el objetivo de Deloitte sea culpar a Celma del presunto fraude de Bankia y defienden el trabajo de “todos los auditores de la firma”, rechazando que se hayan producido irregularidades. Eso sí, dejan claro que «cada auditor es responsable de su trabajo» y que, si ha habido irregularidades, corresponden al profesional concreto que ha fiscalizado las cuentas.
La actuación de Deloitte está bajo sospecha después de que los peritos judiciales hayan defendido en la Audiencia Nacional que las cuentas de Bankia no reflejaban la imagen fiel de la sociedad, ni en lo referente a los estados financieros ni en su situación patrimonial, lo que debería haber sido advertido por la auditora, estableciendo las correspondientes salvedades en sus informes preceptivos. El Tribunal Supremo ha manifestado que la información que constaba en el folleto de salida a Bolsa no reflejaba la verdadera situación económica de la entidad.
Los peritos creen que la firma y el socio auditor son “directamente” responsables de los “importantes errores contables” de la entidad financiera, tanto en la salida a Bolsa como en las cuentas reformuladas en la primavera de 2012. Los peritos apuntaron que los “errores” eran “inexplicables, sorprendentes y contrarios a la normativa nacional e internacional”.
La imputación supone un nuevo revés para Deloitte, que está inmersa en una crisis reputacional, no sólo por su labor en Bankia, sino amparar las irregularidades contables de OHL en México, por lo que la firma auditora ha sido sancionada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) del país centroamericano y apercibida por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) española.
Además, Deloitte fue la encargada de revisar y aprobar las cuentas de Abengoa en los tres últimos años, sin advertir de la existencia de problemas contables. Por su trabajo cobró casi 20 millones de euros. La auditora tan sólo dudó de la viabilidad de Abengoa a mediados de noviembre del pasado año, dos semanas antes de que la compañía iniciara el proceso que puede provocar la mayor quiebra de la historia de España.
De hecho, el organismo que regula el mercado de valores de Estados Unidos (la SEC) investiga la labor de Deloitte España en las auditorías realizadas a Abengoa, al considerar que pueden existir irregularidades en la fiscalización de las cuentas de la compañía.