David Cameron pondrá un nuevo impuesto a la Coca Cola

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David Cameron conversa con Angela Merkel. (Fuente: Comisión Europea)

A David Cameron no le gusta la obesidad a pesar de que él mismo no tiene un cuerpo particularmente atlético. Quizá por ello ha decidido crear un nuevo impuesto a las bebidas azucaradas que entrará en vigor en abril de 2018. Para Coca Cola Company el mercado inglés es uno de los más importantes de Europa y por ello esta tasa puede hacer mucha «pupa» en su cuenta de resultados.

La agencia de calificación Moody´s ya ha alertado de que esta carga fiscal impactará sobre las ventas pues más impuestos significa que los precios de los refrescos se incrementen y el consumo baje. Una medida parecida ya se impuso en Francia o México y supuso caídas temporales en este tipo de bebidas.

El gobierno británico espera ingresar 660 millones de euros anuales

Sin embargo, la «chispa de la vida» recuerda, y así lo recoge el informe de la agencia de calificación, que el 50% de las ventas que Coca Cola realiza en el Reino Unido corresponden a productos bajos en azúcar o sin el dulce elemento, algo que minimizaría los riesgos de este impuesto. Además, y como ya pasó en otros países que tomaron parecidas decisiones, en un periodo de 18 meses las ventas se normalizarán una vez que el mercado asuma que estos productos registrarán un incremento de los precios.

El problema, dice Moody´s, es el llamado efecto dominó. Es decir, que otros países vean que en pos de la salud de sus ciudadanos, se puede gravar a estas grandes corporaciones con unos impuestos adicionales. Esto ya sí que podría ser más grave pues afectaría directamente a su línea de negocio. La agencia de calificación lo llama con su habitual literatura «vientos en contra».

Cameron se justifica diciendo que el Reino Unido tiene uno de los índices de obesidad más elevados de Europa y que afecta al 62% de los adultos y al 28% de los niños de entre 2 y 15 años. «La obesidad cuesta a la economía inglesa 27.000 millones de libras al año», recordó no hace mucho el ministro de Hacienda, George Osborne una vez aprobados los presupuestos generales del Estado ante el Parlamento.

«Todos sabemos que uno de los factores que más contribuyen a la obesidad infantil son las bebidas azucaradas. No puedo decirle a mis hijos, sabíamos que causan enfermedades pero esquivamos las decisiones difíciles», afirmó con gran solemnidad el señor Osborne.

La cartera del titular de Economía estima que esta carga tributaria, que se aplicará a bebidas con más de cinco gramos de azúcar por cada 100 mililitros, obtendrá más de 660 millones de euros anuales para las arcas británicas. Con este dinero, se duplicará el presupuesto dedicado al deporte en todas las escuelas de primaria, concluye el informe elaborado por el Ministerio de Finanzas.

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