China establece un objetivo de crecimiento de «más del 6%» para 2021

El Gobierno chino se ha marcado para este año un objetivo de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) «de al menos el 6%», después de que en 2020 no estableciese meta alguna a consecuencia de la pandemia que estalló en Wuhan. Esta meta se traduce en un reflejo de la confianza de Pekín en la recuperación del gigante asiático, a pesar de que la previsión oficial china haya quedado por debajo de las proyecciones de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Un objetivo de más del 6% nos permitirá dedicar todas nuestras energías a promover las reformas, la innovación y un desarrollo de alta calidad», afirmó el primer ministro chino, Li Keqiang, durante su discurso en la sesión de apertura de la Asamblea Nacional Popular (ANP). En concreto, la economía china registró en 2020 un crecimiento del 2,3%, convirtiéndose así en una de las pocas economías mundiales que logró expandirse en 2020 pese a los efectos derivados de la pandemia, aunque a mucho menor ritmo del habitual.
Sin embargo, el objetivo divulgado por el primer ministro es menos ambicioso que el esperado por algunos expertos, que pronosticaban recientemente una tasa de crecimiento superior al 8 % teniendo en cuenta la menor base comparativa.
Por otro lado, el Gobierno chino prevé un déficit presupuestario en 2021 de alrededor del 3,2% del PIB, por debajo del 3,6% fijado en el ejercicio precedente, mientras que confía en la creación de más de 11 millones de empleos, por encima de los 9 millones de la meta establecida en los planes para 2020. Asimismo, Pekín ha establecido un objetivo de inflación para este año del orden del 3%, frente a la subida del 2,5% registrada por los precios en 2020.
Fin de los «bonos anti-covid»
A este respecto, Hacienda reveló que no se seguirán emitiendo los denominados «bonos anti-covid» al considerar que fue «una medida especial adoptada en un momento especial» y que, debido a la contención del virus en China, los gastos relativos a la pandemia «están ahora rebajándose en gran medida». En 2020, se emitieron bonos de este tipo por importe de 1 billón de yuanes (154.495 millones de dólares, 129.186 millones de euros).
Así pues, se retomarán los canales de financiación habituales para las haciendas territoriales y sus proyectos de construcción de infraestructuras básicas y de «garantía de las condiciones de vida del pueblo». Una decisión que provocará que los bonos especiales emitidos por los gobiernos regionales disminuirán en unos 100.000 millones de yuanes (15.450 millones de dólares, 12.917 millones de euros) en 2021 hasta situarse en unos 3,65 billones de yuanes (563.924 millones de dólares, 471.477 millones de euros).
«Dada la considerable cantidad de los bonos públicos especiales ya emitidos, los efectos de las políticas pertinentes seguirán liberándose», explica el documento, que también apunta a la reducción de riesgos de endeudamiento de los ejecutivos regionales, un problema que ha sido señalado por numerosos analistas en los últimos años. Según el primer ministro chino, Li Keqiang, las cantidades obtenidas con la emisión de estos bonos regionales se dedicarán «preferentemente» a proyectos ya en construcción.
El informe de Hacienda reconoce que la situación fiscal del país es «severa» y que esto hará «más difícil» el equilibrio presupuestario, algo a lo que hay que sumar «los riesgos de las deudas». Por tanto, el Ministerio reclama «optimizar enérgicamente la estructura de los gastos y mejorar el mecanismo de distribución y utilización de los fondos, a fin de incrementar de forma efectiva la sostenibilidad fiscal».