Bruselas reforzará la Unión Bancaria antes de diciembre por si la economía se tuerce en 2019
La reacción económica al fin de los estímulos del BCE en 2019 preocupa en la UE
Se trabaja en un activo seguro, un Fondo de Garantía de Depósitos y un MEDE más fuerte
Moscovici trasladó este mensaje a las autoridades españolas a las que pidió control del déficit
El ciclo económico se agota y los vientos de cola que han acompañado a la recuperación de la economía europea -y en especial, a la española- también. La preocupación en la Comisión Europea por este escenario es palpable y consciente de lo que está en juego, la UE quiere dar un nuevo impulso a la Unión Bancaria de aquí a final de año para afrontar con mayor entereza un posible bache económico. Este es uno de los mensajes que trasladó el comisario de Asuntos Económicos, Piere Moscovici, a las autoridades españolas con las que se reunió el pasado jueves.
El comisario, que mostró su preocupación por el impacto en el déficit de los planes de gasto del nuevo Gobierno, se mostró convencido de la necesidad de mandar pronto un mensaje claro a los mercados y al mundo económico de que hay seguridad en la Eurozona. De otro modo, afrontar un cambio de ciclo económico sin los estímulos del BCE puede ser muy doloroso.
El próximo mes de enero, el BCE retirará de forma definitiva los estímulos con los que venía ayudando de forma decisiva a países y empresas a cubrir sus necesidades financieras. Pese a que esa retirada ya ha comenzado y está siendo muy gradual, nadie sabe a ciencia cierta hasta dónde llegará el efecto que tendrá en la economía europea.
Este hecho coincidirá en el tiempo con la campaña para las elecciones europeas que se celebrarán en mayo de 2019 y podrían pintar un nuevo escenario en la Europa que se configurará tras el Brexit, que también se materializará en marzo de 2019.
La Comisión Europea ve necesario afrontar este escenario de incertidumbre política y económica con mayor fuerza. Para ello, sería vital dar un paso más en la reformulación Europea con un avance en la Unión Bancaria que surgió en la última crisis.
Falta por reforzar el MEDE, crear el Fondo de Garantía de Depósitos Europeo y un activo seguro bancario
Con el BCE con poco arsenal para combatir una crisis (los tipos de interés seguirán en mínimos históricos al menos hasta mediados de 2019) y con Italia descontrolada por una situación política que ha disparado su prima de riesgo a 251 puntos, cualquier imprevisto económico puede desatar una nueva tormenta financiera como las que las todavía no ha olvidado Bruselas.
Las lecciones de la historia reciente aconsejan anticiparse. Y el presidente del BCE, Mario Draghi, ya ha pedido en numerosas ocasiones que se de un impulso final a la Unión Bancaria.
Ese empuje debería cubrir tres aspectos: la constitución de un activo seguro que blinde a el crédito bancario de un posible contagio de los vaivenes de la deuda pública, la constitución definitiva de un Fondo de Garantía de Depósitos Europeo (EDIS por sus siglas en inglés) y la reformulación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) como elemento estabilizador ante futuras crisis.
El objetivo de la Comisión Europea es tener estos deberes hechos de aquí a diciembre para afrontar 2019 con más armas. Una actitud que debería servir de ejemplo a España ahora que el Gobierno se muestra más decidido a aumentar el gasto que a controlar el déficit pese a que la deuda pública roza el 100% del PIB.