Bruselas critica el control de precios de la vivienda que aplica Sánchez: «Es nocivo a largo plazo»
Bruselas: "Con el tiempo, una regulación excesiva puede reducir la disponibilidad de viviendas en alquiler"


La Comisión Europea ha emitido un informe sobre la situación de la vivienda en Europa y en uno de los apartados habla sobre lo perjudicial que puede ser el control de los precios del alquiler, lo que supone un tirón de orejas para la Ley de Vivienda del Gobierno de Sánchez y al mecanismo de la declaración de zonas tensionadas. En concreto, el informe emitido desde Bruselas destaca que este mecanismo «es nocivo a largo plazo», ya que indica que «con el tiempo, una regulación excesiva puede crear mercados duales y reducir la disponibilidad de viviendas en alquiler debido a una menor rentabilidad, lo que puede desviar la oferta de las zonas reguladas y contribuir a la gentrificación».
Por tanto, uno de los síntomas negativos de esta medida puede ser la reducción de la oferta de pisos en alquiler. Una situación que ya se está dando en la ciudad de Barcelona, que ha sido declarada como zona tensionada. Así, en la ciudad de Barcelona, por ejemplo, la oferta se ha reducido un 37% en el primer trimestre del año.
Por otro lado, el informe hace hincapié en que «si bien los topes de alquiler pueden ofrecer un alivio a corto plazo al limitar los aumentos durante periodos de presión sobre los alquileres, también pueden provocar alquileres más altos en mercados sin control».
Un aumento de precios del alquiler que ya es evidente en Barcelona. En la ciudad condal el precio del alquiler ha subido un 6,9% en un año. De igual forma, el precio del alquiler en la ciudad de Barcelona también se ha incrementado un 3,6% con respecto al mes de agosto de 2025.
El control del alquiler afecta a la asequibilidad de la vivienda
«La regulación de los mercados de alquiler afecta a la evolución del mercado inmobiliario, con efectos ambiguos en la asequibilidad de la vivienda, las renovaciones y la oferta de viviendas», señala el informe.
Además, resalta que «los estrictos controles de alquiler pueden inflar los precios de las viviendas y aumentar la falta de vivienda, ya que a menudo provocan desajustes entre la oferta y la demanda con efectos heterogéneos entre los grupos de ingresos. Este desequilibrio puede fomentar burbujas inmobiliarias especulativas y un endeudamiento excesivo de los hogares a medida que más personas se ven obligadas a adquirir una vivienda propia, lo que podría desestabilizar la resiliencia económica durante las crisis financieras».
Asimismo, se indica que si bien los contratos de alquiler preferenciales pueden apoyar a los inquilinos vulnerables, también pueden desalentar la reubicación, limitando así la movilidad laboral, especialmente entre los trabajadores con salarios bajos