El boicot puede con el cava pero no con Cacaolat: duplica su facturación desde 2012
Cacaolat vendió 31,5 millones de euros en 2012, fecha en la que muchos sitúan el comienzo del ‘procés’. En 2016, últimos datos disponibles en el registro mercantil, la compañía catalana de batidos de chocolate facturó casi 58 millones de euros, prácticamente el doble que cuatro años antes.
El ejercicio de superación de adversidades que ha tenido que hacer Cacaolat ha sido muy importante. La compañía aparece en todas y cada una de las listas de ‘productos independentistas’ que muchos unionistas se han empeñado en boicotear. Sin embargo, en este caso el tiro les ha salido por la culata, toda vez que las cifras que registra Cacaolat son, cada año, mejores a las anteriores.
Precisamente ese punto de inflexión en Cacaolat se produjo en 2012, cuando Damm y Cobega tomaron el control de la compañía. En 2016, la firma catalana volvió a mejorar sus cifras de venta un 6%, hasta los 57,8 millones de euros. El año anterior, 2015, ya habían mejorado el 2014 un 10%; con lo que se trata del cuarto avance consecutivo de la compañía a un ritmo superior al 5%, lo que denota que el crecimiento del negocio es estable y creciente. En 2013, el primer año completo con el nuevo equipo gestor, las ventas ya crecieron casi un 40%. Desde entonces, la facturación no ha dejado de incrementarse.
Damm y Cobega han invertido, eso sí, casi 50 millones de euros en una nueva planta industrial, en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), además de otros 75 millones que se destinaron a la adquisición de la marca, perteneciente a una sociedad de Nueva Rumasa.
Para el próximo ejercicio, el plan industrial de Cacaolat pasa por seguir trabajando proyectos de eficiencia. Además, contemplan la optimización de los nuevos y modernos sistemas productivos, y trabajan con la previsión de seguir incrementando el nivel de ventas, optimizar costes, y lograr una consecución de resultados positivos que suponga un crecimiento rentable y sostenible del negocio.
Además, según la propia compañía, el objetivo pasa por desarrollar e incrementar la presencia de Cacaolat en nuevos mercados a nivel nacional e internacional como marca líder en la categoría debatidos. «El desarrollo de la marca se basa en seguir liderando y modernizando la marca en el mercado de referencia (Cataluña), e impulsar la comunicación en el resto de España para obtener notoriedad de marca principalmente en las zonas con distribución ponderada relevante», explican desde Cacaolat en sus resultados de 2016.
Precisamente, la principal fortaleza de Cacaolat es Cataluña, con una cuota próxima al 60%. En el resto de España, sin embargo, la cuota apenas alcanza el 15%, lo que explica el fracaso del boicot.