La banca vuelve a la rentabilidad por a las menores provisiones, pero afronta la amenaza de los ICO

Banca, Ibex, impuesto a la banca
Sedes de los principales bancos españoles.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La banca española ha vuelto a la rentabilidad en el primer trimestre del año gracias, sobre todo, a las menores provisiones por la mejora de la economía. Los márgenes aún no recogen apenas la subida del Euribor. Pero esta reducción de las dotaciones choca con la amenaza del próximo vencimiento de los créditos avalados por el ICO, que pueden disparar las morosidad en los próximos trimestres.

Los niveles de rentabilidad sobre recursos propios (ROE) se han incrementado notablemente hasta el récord del 15,1% del BBVA y el 11,49% del Santander, frente al 9,3% y al , respectivamente, de hace un año. Ahora bien, en ambos casos el grueso procede de fuera de España. En nuestro país, estas rentabilidades alcanzan unos niveles mucho más modestos, en línea con las de Sabadell (5,27%) o CaixaBank (6,5%). Bankinter juega en otra liga gracias a su especialización en banca privada y productos de inversión, y alcanza el 11,7%.

Es de esperar que estas rentabilidades sigan creciendo en los próximos trimestres con el inicio de la subidas de tipos: el consenso de mercado espera tres alzas por parte del BCE este año, por un total de 0,75 puntos porcentuales. Algo que ya se está trasladando al Euribor, que ha entrado en positivo en abril por primera vez desde 2016.

De esta forma, el ROE podrá superar por primera vez desde 2010 el coste de capital, que es cuando un banco es rentable; es decir, cuando lo que ganas con tu capital supera lo que te cuesta obtenerlo. Ese coste es teórico (se calcula con una fórmula matemática) y tradicionalmente se ha situado en torno al 10%.

Los riesgos: estanflación, emergentes y los ICO

Pero estas halagüeñas previsiones chocan con varios obstáculos. El primero es la amenaza de estanflación, corroborada por las nuevas previsiones del Gobierno. Si la economía crece menos, los bancos conceden menos crédito y, además, aumenta la morosidad.

A esto se suma la posible inestabilidad en los países emergentes en el caso de los dos grandes; un miedo que quedó demostrado con el batacazo del Santander en Bolsa tras dar resultados por las turbulencias que atraviesa Brasil. No olvidemos que el PIB de Estados Unidos ya ha entrado en negativo, y eso suele tener un efecto demoledor en Latinoamérica. Esa es la razón por la que Santander y BBVA cotizan muy por debajo de los niveles a los que deberían estar.

Además, existe un factor propiamente español, que es el fin del plazo de carencia de los créditos ICO a partir del próximo trimestre. El Banco de España estima que ya hay 3.000 millones en mora y otros 17.900 millones en vigilancia especial. Es cierto que los bancos sólo tienen que provisionar el 20% no avalado de esos préstamos -aunque deben reconocerlos enteros como mora-, pero estamos hablando de cifras muy importantes en todo caso.

Por eso, el sector ha pedido al Gobierno reformular los ICO para tener más flexibilidad a la hora de refinanciar a las empresas y evitar que entren en mora o que vayan a concurso o liquidación. A la espera de la respuesta, el supervisor les insiste en que no liberen las provisiones dotadas a lo largo de la pandemia. No sería la primera vez que la banca reduce sus provisiones y tiene que volver a aumentarlas de golpe por una crisis inesperada.  Y si eso ocurre, adiós a la vuelta a la rentabilidad.

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