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Así es la pieza que ha puesto en jaque la industria del automóvil: un chip que vale hasta 1.000 €

La pandemia no frena el rally del automóvil en China: las ventas de coches crecen un 70% hasta marzo
La pandemia no frena el rally del automóvil en China: las ventas de coches crecen un 70% hasta marzo
Andrea Aguado
  • Andrea Aguado
  • Redactora de economía y coordinadora de OKMOTOR. Amante de las cuatro ruedas y la industria. Antes en informativos de Radio Televisión Castilla y León.

La escasez de semiconductores se ha convertido en la nueva cepa de la crisis coronavirus para el sector de la automoción. Se trata de un chip capaz de actuar como conductor o aislante eléctrico que puede alcanzar el valor de 1.000 euros dependiendo del modelo. No se ve, pero esta pieza diminuta se encuentra en todos los coches repartida hasta más de 50 veces de media en airbags, pretensores de cinturón, sistemas de control de crucero, sensores de lluvia, circuitos electrónicos o sistemas de propulsión.

La asociación de la tecnología con la industria del automóvil ha hecho que los semiconductores se conviertan en una pieza clave sin la que es imposible salir de las líneas de producción de las factorías. La falta de abastecimiento de estos chips ha obligado a una decena de fabricantes automovilísticos a nivel mundial a poner al ralentí los ensamblajes e incluso a paralizar fábricas enteras -Volkswagen, Honda o Ford-. ¿El motivo? El aumento de la demanda de estas piezas diminutas de hasta un 300% desde que la crisis del coronavirus comenzó a dar sus primeros coletazos en marzo de 2020.

Sin embargo, este problema no sólo afecta a la industria del automóvil si no también al sector de la tecnología. Esta situación obligó a las grandes empresas tecnológicas a retrasar sus últimos lanzamientos por la falta de semiconductores, como es el caso de Apple, que aplazó la salida del iPhone 12 más de un mes debido a la falta de componentes, o Sony que aún sufre problemas y abastecimiento de la PlayStation 5 por la falta de semiconductores.

¿Qué ha ocurrido?

El ‘boom’ que experimentó la electrónica de consumo derivado de la adopción masiva del teletrabajo acabó por tensionar hasta extremos nunca vistos la industria de los semiconductores. No obstante, se gestó el cóctel perfecto con el inicio de la cancelación de pedidos en las factorías de esta pieza por la crisis del coronavirus, que obligó a los productores de semiconductores a adaptar la producción a la demanda.

La recuperación de las ventas de coches en el tercer trimestre del año -gracias a los planes de apoyo al sector de los distintos gobiernos- provocó que la demanda de esta diminuta pieza se disparara por el aumento de los pedidos de las compañías tecnológicas hasta crear un cuello de botella que no está claro cuando podrá resolverse. Según los expertos consultados por este diario, «la crisis de los chips podría estabilizarse a mediados de este año con la normalización de la actividad por el inicio de la campaña de vacunación hasta recuperar los niveles productivos previos al impacto de la crisis del coronavirus».

¿Cuál es su precio?

A esta falta de abastecimiento hay que añadir un probable aumento de precios, según los expertos consultados por OKDIARIO. «Hace tan sólo dos años el valor de los semiconductores en un coche de combustión era de 400 euros -450 euros en uno eléctrico-, pero la cantidad ha ido creciendo exponencialmente con el aumento de la demanda debido al aumento de la relación entre tecnología y automoción por la automatización y electrificación de la industria.

«El sector de la automoción ha sido uno de los motores de crecimiento en el sector de los semiconductores. Podemos aparcar el coche sólo, mover los retrovisores desde un botón, ver nuestra serie favorita o incluso escuchar la radio gracias a esta pieza diminuta», explican. No obstante, este boom situará el precio de los semiconductores en 2021 cerca de los 1.000 euros por el aumento significativo en los costes de los materiales y la severa escasez de chips.

Guerra entre Estados Unidos y China

A esos factores de producción se le suman otros de carácter geopolítico que enfrenta de lleno a las potencias más importantes del mundo: China y Estados Unidos. Mientras los primeros tratan de ralentizar la emergencia tecnológica de los segundos, estos aprietan para lograr cuanto antes la autosuficiencia en esta industria clave, una aspiración todavía fuera de su alcance. El país norteamericano, en la década de los 90, manejaba una cuota de mercado del 38% que a día de hoy se ha trasformado en tan sólo un 12%. La crisis que se atraviesa ha activado las alarmas a diferentes niveles.

Por su parte, los semiconductores representan para la economía china el factor más importante en términos de importación. En 2019, el gigante asiático adquirió 312.000 millones de dólares -266.500 millones de euros- de estos productos. Unos datos que para Estados Unidos se han convertido en un peligro para la seguridad nacional que en los últimos meses ha agudizado aún más los cuellos de botella en el sector.

Una guerra que se ha recrudecido con el aumento de la demanda de esta pieza clave para cientos de utensilios que utilizamos en nuestro día a día.

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