La vendetta de Luis Enrique en el jardín de Tassotti
Sin Morata, sin Gerard Moreno, sin Ansu Fati… Luis Enrique no las tenía todas consigo para triunfar en la Final Four de la Liga de Naciones de la UEFA. Las bajas y la tremenda estadística de 37 partidos sin perder de Italia jugaban contra el seleccionador. Lejos buscar excusas, el técnico asturiano elaboró una lista controvertida en la que incluyó al joven Gavi con menos de 300 minutos jugados en Primera División.
«No os leo porque creo que sé más de fútbol que la mayoría y porque tengo más información que vosotros. No hay una opinión que pueda leer que me pueda interesar. No tengo noticias de las críticas porque no leo, no os escucho. Así que para mí es la misma lista de siempre. Me genera lo mismo. Confío en lo que traigo», dijo el Lucho cuando le preguntaron por esa atípica inclusión.
El técnico sabía que le iban a caer palos por todas partes y dobló la apuesta en San Siro, en el jardín de uno de sus fantasmas históricos, Mauro Tassotti. El defensa que le partió la nariz en el Mundial de 1994 disputó 17 temporadas en el estadio lombardo y el entrenador español tenía agendada su presencia en las gradas.
Luis Enrique dispuso un 4-3-3 con tres delanteros móviles volviendo loca a Italia. Los locales no olieron la posesión en la primera mitad, mientras España bailaba como Ali a Foreman. Gavi estaba en el terreno de juego y nadie podía sospechar que estaban ante un chico que debutaba con la selección y que no tiene edad para entrar en una discoteca.
La primera parte coronó el planteamiento de un Luis Enrique que celebró como pocas veces los goles de Ferran Torres. La conexión del ariete valenciano con Mikel Oyarzabal se reprodujo en dos golazos, pero lo más destacado fue que España no jugó como un combinado sino como un equipo que lleva mucho tiempo de rodaje juntos cuando todos sabemos que la realidad es bien diferente.
Los nuestros firmaron un primer tiempo increíble coronado por un 0-2 en todo un San Siro. Dominaron la segunda mitad hasta que un fallo de Pau Torres dio vida a Italia con 10 minutos para el final. España, lejos de perder su personalidad, mantuvo la posesión y la cabeza fría con jugadores adolescentes como Yéremi Pino y Bryan Gil. Aquí hay materia prima para soñar con cosas grandes. Luis Enrique hizo su particular programa de Saber y Ganar en San Siro culminando su particular vendetta por los acontecimientos de la Eurocopa.