La falta de confianza, determinante

Toda la verdad sobre el despido de Koeman

Joan Laporta finalmente dio el paso de despedir a Ronald Koeman, una posibilidad que lleva sonando con fuerza desde hace más de un mes

Koeman sigue sin ver la realidad: «Hemos hecho un buen partido»

El Barcelona despide a Koeman

Un Barça de pena máxima

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Ronald Koeman, en el banquillo del Nuevo Mirandilla. (AFP)

El despido de Ronald Koeman era la crónica de una muerte anunciada. El técnico holandés ya no es entrenador del Barcelona y desde que Joan Laporta se convirtió en presidente del club azulgrana ya se comenzaba a barruntar la posibilidad de su cese. Sobre todo, por el ambiente que se vivía entre el nuevo máximo mandatario de la entidad culé y el técnico holandés ya que el primero de ellos no tenía confianza en el entrenador contratado por Josep María Bartomeu tras la debacle ante el Bayern de Múnich en la Champions 19-20.

Mala relación con Laporta

No ha habido confianza en Ronald Koeman en ningún momento. Joan Laporta llegó a mitad de temporada y respetó que el holandés acabase el curso. Los azulgranas dejaron de pelear por el título de Liga en las últimas jornadas y ganaron la Copa del Rey, lo que provocó que el presidente del Barcelona, en verano, le dijese que se iban a tomar dos semanas para encontrar a un posible sustituto.

Por temas económicos no lo encontraron y Joan Laporta se tuvo que resignar a seguir contando con Ronald Koeman esta temporada. Durante este curso ha habido varios cruces de declaraciones que evidenciaban que la  relación no atravesaba su mejor momento. Uno de los puntos más álgidos de esta separación llegó cuando el técnico holandés leyó un comunicado en la rueda de prensa previa al choque frente al Cádiz y se marchó sin aceptar preguntas de los medios. Esto no gustó nada a la directiva y desde ahí se sabía que cuando llegase una mala racha de resultados Koeman acabaría en la calle.

Tampoco hay que olvidar el pesimismo que exhibía en las ruedas de prensa al hablar de las posibilidades de título este curso. Koeman descartaba por completo que hicieran algo grande en la Champions League y tampoco transmitía mucho optimismo cuando valoraba las opciones de la Liga Santander.

No ganar a los grandes

Desde que llegó Ronald Koeman no ha conseguido hacer frente a los grandes equipos a los que se ha medido. Tanto la temporada pasada como en la presente, el técnico holandés sólo puede presumir de haber ganado a la Juventus 0-2 en Turín, pero el resto han sido empates o derrotas. Esta temporada cayó derrotado en el Clásico frente al Real Madrid o el Atlético en la Liga Santander. También en la Champions sucumbió contra Bayern y Benfica. 

El curso pasado, además del encuentro citado anteriormente ante la Juventus lograron empatar un choque frente al Atlético, pero perdieron los dos Clásicos, como también lo cayeron en el Metropolitano ante los rojiblancos. Por otro lado, sufrieron una derrota contundente frente al PSG en los octavos de final de la Champions League y empataron en la vuelta.

Ridículos en Champions

Tanto el curso pasado como en éste se ha demostrado que el Barcelona no estaba para competir en Champions. El club cargaba en sus espaldas fracasos estrepitosos como la remontada de la Roma, el Liverpool, la goleada de la Juventus, las dos eliminaciones ante el Atlético de Madrid y, sobre todo, el 2-8 ante el Bayern de Múnich. Con la llegada de Ronald Koeman se esperaba que todo cambiase, pero no fue así.

En su primera temporada ganó 0-2 a la Juventus en Turín, pero en la vuelta perdieron por 0-3, lo que supuso que acabasen la fase de grupos como segundos. Esto llevó al Barcelona a medirse al PSG, que le endosó un contundente 1-4 con un Kylian Mbappé estelar. Volviendo a esta temporada, ha disputado tres partidos con un balance de dos goleadas encajadas (0-3 ante el Bayern y 3-0 frente al Benfica) y una victoria por la mínima en el Camp Nou contra el Dinamo de Kiev.

Cambio de sistema

Ronald Koeman, viendo las debilidades defensivas del equipo decidió cambiar el esquema que ha definido al Barcelona en las últimas décadas. Del mítico 4-3-3 el ex seleccionador de la Oranje apostó por un 5-3-2 que no gustó nada a Joan Laporta ni a la mayoría del barcelonismo. En ese verano convulso el presidente azulgrana reclamó que regresase a la táctica habitual, pero otra vez llegaban los malos resultados y la gran cantidad de goles encajados. Pese al cambio a jugar con tres centrales, la situación no mejoró y todo acabó tal y como se esperaba desde hace meses: con Koeman cesado.

Una plantilla sin Messi y con lesiones

Ronald Koeman tuvo que adaptarse a la situación económica del club, que tuvo que desprenderse de Leo Messi y de Antoine Griezmann para aligerar masa salarial y poder inscribir a los futbolistas que llegaron gratis en verano. La marcha del delantero rosarino era una pérdida irreparable y los jugadores que han venido por él no han sabido llenar su hueco.

Además, el técnico holandés tuvo que iniciar esta campaña con ausencias como las de Kun Agüero, Ansu Fati o Dembélé, que estaban recuperándose de sus lesiones. Esto llevó a Ronald Koeman a contar con los jóvenes y, aunque creyese que en el futuro serían muy buenos, veía carencias en ellos para competir en el presente.

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