Toda la verdad del pacto con Griezmann que puede arruinar al Barça
El nombre propio en el día a día del Atlético de Madrid no es otro que el de Antoine Griezmann. La imagen del delantero francés saltando al campo más allá del minuto 60 se ha convertido en algo habitual e incómodo para todas las partes involucradas en un pacto que podría acabar con un auténtico marrón económico para el Barcelona.
¿Cómo se ha llegado a esta situación tan surrealista? El origen data cuando el Atlético de Madrid decide intentar buscar una salida a Griezmann en el pasado mercado de fichajes. El club rojiblanco no quiere aceptar las condiciones firmadas con el Barcelona en su préstamo la temporada pasada y por tanto se mueve para intentar que el francés haga las maletas. El pago obligatorio de una cantidad que puede ascender hasta los 40 millones si juega el 50% de los minutos y el alto suelto del delantero son un problema para una entidad maniatada por los límites del fair play financiero de la Liga.
Pero la voluntad del Atlético choca con tres muros a la vez. Por su parte, el Barça no quiere cambiar las condiciones de lo pactado, por otro el jugador quiere seguir de rojiblanco y entre medias aparece un Simeone que mostró de manera tajante al club su interés por contar con un jugador al que considera muy importante. El Cholo ganó la partida: Griezmann se quedaba, pero con una condición. No puede jugar más de 30 minutos por partido.
Presión para el Barça
Desde el club del Metropolitano se cierra por tanto un pacto con entrenador y jugador que no es definitivo, sino que todo puede cambiar en el momento en el que el Barcelona ceda y se siente a negociar una solución. En otras palabras, todo es una medida de presión para que Laporta se vea en la encrucijada de tener que aceptar una rebaja en la opción de compra o tener que ver a Griezmann de vuelta la próxima temporada.
Y es que el problema en el que se vería el Barcelona si eso sucede es grande. Primero en lo deportivo porque Griezmann es un jugador al que el club no quiere y que ante la llegada de los fichajes de esta temporada no tendría hueco. Y después en lo económico, dado que al francés aún le restarían dos años de contrato con una salario neto que rondaría los 20 millones por cada uno de ellos. Unos números que reventarían la apretada masa salarial actual del conjunto azulgrana.
Entre tanto, la situación que se vive en cada partido es algo incómodo que de momento se sujeta gracias a la profesionalidad y la buena relación que mantienen Simeone y Griezmann. El técnico intenta lidiar la situación como puede en cada rueda de prensa, mientras que el jugador acepta la situación gracias a la confianza que le demuestra el argentino en el día a día. De otra forma cuesta entender que un delantero de su talla acepte, en año de Mundial, una decisión así.
Llegados a este punto y con la solidez del pacto, al menos de momento garantizada semana tras semana, la pelota está en el tejado de un Barcelona que tiene que decidir si negociar o verse en un nuevo desbarajuste económico con terribles consecuencias.