Liga Santander: Atlético – Eibar

El Atlético se la juega ante el Eibar sin margen de error

El Eibar mide esta tarde la fortaleza de un líder que necesita un triunfo convincente

Alineación del Atlético
Ángel Correa celebra un gol con el Atlético de Madrid. (AFP)
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

No hay margen de error para el Atlético. O ganar o ganar. No hay otra esta tarde ante el Eibar (16,15 horas, Wanda Metropolitano), en un encuentro que los rojiblancos afrontan como la primera de las ocho finales que les quedan. El aliento que les echa el Real Madrid en el cogote (a las 21.00 horas juegan en Getafe) es el principal estímulo para los jugadores de Simeone, que no podrán contar con el uruguayo Luis Suárez y el portugués Joao Félix. Todos los demás sí están disponibles.

«Hemos enfocado toda la semana a este partido. Sabemos lo que nos jugamos y estamos preparados», dijo ayer Simeone en la rueda de prensa previa. El Cholo es también consciente de que se va a encontrar a un rival necesitado que, además, se le ha dado mal en las últimas temporadas. Por eso ha advertido que el Eibar «es peligroso porque sabe a lo que juega y es muy práctico en su fútbol».

Pese a sus errores decisivos ante Sevilla y Betis, el argentino Ángel Correa volverá a comandar el ataque rojiblanco. Dembelé está recuperado del desmayo que sufrió en un entrenamiento, pero el entrenador le reservará para la segunda parte. Llorente vuelve al once tras su sanción y Carrasco, excelente en el Villamarín, jugará tirado a la derecha. En estos tres puñales descansa la fe rojiblanca en la victoria, porque ni el medio campo ni la defensa están aportando goles esta temporada.

En el capítulo de ausencias goleadores llama la atención la poca clarividencia ante la portería adversaria que ha demostrado el francés Lemar. Es indiscutible su importancia en el ataque en una temporada en la que ha dado un paso decisivo hacia adelante, pero su carta de presentación en el Mónaco le señalaba como un jugador mucho más productivo. El equipo necesita ver ahora una faceta que sólo ha exhibido con cuentagotas. 105 partidos lleva en el Atlético y apenas ha cantado cinco goles, uno en Liga esta temporada y otro en Copa.

La presencia o no de Lemar en el once es otra de las incógnitas del partido. En condiciones normales debería ser titular, pero Lodi ha ensayado esta semana con los titulares y dado que estuvo ausente en el Villamarín puede que todavía no esté listo para salir desde el inicio. Simeone decidirá en función de su estado físico. El que no parece que vaya a llegar a tiempo es el croata Vrsaljko, que no pudo completar el entrenamiento con un golpe en el pie.

De este modo, el equipo titular podría ser el formado por Oblak, Trippier, Savic, Giménez, Lodi o Hermoso, Herrera, Koke, Lemar, Llorente, Correa y Carrasco. Existe la opción de Saúl, que podría entrar por Herrera o Lemar, pero el canterano, pese a contar con la confianza del Cholo, sigue sin aportar demasiado esta temporada. Por cierto que si juega hoy un solo minuto llegará a su partido oficial número 330 igualando a Adrián Escudero, segundo máximo goleador de la historia del Atlético con 169 goles, sólo tres menos que Luis Aragonés. Para Koke será el número 495. Le quedan cinco para el medio millar.

El Eibar, por su parte,  llega en cuadro absoluto, con bajas tan importantes como las de Bigas, Pape Diop, Expósito, Róber Correa, Yoshinori Muto y, sobre todo, el nuevo internacional Bryan Gil. Mendilibar ha tenido que tirar de la cantera para completar la convocatoria, pero eso no arredra a un entrenador acostumbrado a pasear sobre el alambre. «Vamos a Madrid a por todas», dijo ayer en la rueda de prensa y no es ninguna fanfarronada. El Eibar perdió el año pasado en el Wanda en el último minuto y en los dos anteriores arrancó sendos empates. Es un campo que se les da bien y ellos lo saben. Además, llegan dispuestos a jugar con la ansiedad de un líder obligado a ganar. Si pescan en aguas revueltas no sólo pueden salir por un momento a la superficie, sino provocar en el otro bando una crisis de identidad de proporciones bíblicas. Al tiempo.

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