Rulli y Ter Stegen evitan la cantada del Barcelona
El Barcelona venció a la Real Sociedad (1-2) tras remontar en la segunda parte un partido que se le había puesto cuesta arriba
Luis Suárez y Dembélé marcaron tras el descanso en dos jugadas a balón parado donde Rulli no estuvo afortunado
Aunque no sea bello, el Barcelona de Valverde sigue sacando los partidos adelante. Después de una primera parte nefasta donde no disparó entre palos, el conjunto culé tiró de casta para dar la vuelta al tanto de Elustondo gracias a los goles de Luis Suárez y Dembélé en dos jugadas a balón parado. Con 1-0 en el marcador, los donostiarras tuvieron hasta tres ocasiones para sentenciar el partido pero apareció Ter Stegen. El actual campeón acabó tirando de pegada para sacar tres puntos importantes y seguir con el pleno de victorias gracias a su victoria (1-2) ante la Real Sociedad.
Y eso que Valverde hizo un canto a las rotaciones en la previa y cumplió con su palabra. El técnico dio descanso a Busquets en terreno difícil en toda una declaración de intenciones: este año la Champions es lo importante y el martes toca guerra en Champions. Así que los minutos de fatiga con España pesaron más que el hecho de tener en el once un jugador imprescindible cuando el conjunto culé sale de Barcelona, y más si te desplazas a territorio maldito como Anoeta.
Así que con Sergi Roberto en la medular junto a Rafinha y Rakitic (fue el que hizo de Busquets) se presentó el Barcelona en su primera afrenta de alcurnia en lo que va de temporada. Eso sí, todo cambio en el once es poca cosa si en él está presente un Leo Messi que sólo con ver su nombre en las alineaciones ya impone. El argentino esta vez no necesitó salvar a un Barcelona que le dio la vuelta al partido con dos jugadas a balón parado gracias a Luis Suárez y Dembélé. Y es que el partido tuvo su historia.
Enfervorecida después del emotivo homenaje a un Agirretxe que anotó el primer tanto del nuevo Anoeta, la Real buscó las cosquillas al Barcelona desde que comenzó a rodar el balón. Eso sí, con más fuerza que maña. Pese a ello, el Barcelona estaba tranquilo hasta que Sergi Roberto perdió un balón en el centro del campo e hizo una falta sobre Oyarzabal. Ésta la puso Rubén Pardo y Elustondo rebañó un balón dentro del área para hacer el primero. Anoeta era una fiesta y el conjunto culé quedaba condenado a la epopeya.
El gol dejó aturdido al Barcelona y a la Real, loca por la música. De hecho, el primer tiro a puerta del partido para los de Valverde no llegó hasta pasada la media hora después de que Piqué se quedara a poco de marcar tras un remate de cabeza a la salida de un córner. La primera gran ocasión, casi llegando al descanso y a balón parado: en esta frase se traduce la primera parte del Barcelona en Anoeta. La historia pudo cambiar para los culés pero Del Cerro grande no pitó un posible penalti sobre Piqué después de escuchar las instrucciones desde el VAR. No hubo nada. Después Luis Suárez volvió a pedir una pena máxima por una posible mano de Héctor Moreno pero sólo la vio él.
La Real perdona y el Barcelona sentencia
Tras el paso por los vestuarios, la consigna de Garitano era clara: dar el Barcelona el balón, amarrar bien atrás y encomendarse a una contra milagrosa. Ahí el Barcelona asumió el control total del partido y todo se tradujo en un cuenta atrás en la que uno buscaba encontrar un espacio y otro no dejar ninguno en defensa.
Y la tuvo la Real. Porque en una contra dirigida por Rubén Pardo, Oyarzabal tuvo un balón de gol que desperdició. Era el tanto de la sentencia pero lanzó el balón alto cuando lo tenía todo a favor. El conjunto donostiarra iba a vender muy cara su piel. Después Theo tendría otra ocasión de oro y al minuto Ter Stegen volvió a salvar ante Juanmi. Tres ocasiones en cinco minutos y la sensación de que el Barcelona podía castigar a los de Garitano pululaba en el ambiente.
Así que las predicciones se cumplieron al minuto, cuando Luis Suárez recogió un balón suelto dentro del área después de un error de Rulli para hacer el empate. La Real podía haber sentenciado el partido segundos atrás pero el uruguayo rescató al Barcelona de la forma más dolorosa posible para los vascos. Ahora el duelo tenía color azulgrana. Cosas del fútbol. Así que con las emociones a su favor, el Barcelona tardó poco en sentenciar el partido. En otro córner, Rulli no pudo despejar bien el esférico y Dembélé aprovechó un balón muerto dentro del área para marcar por tercera jornada consecutiva y poner al Barcelona por delante.
Ahí murió el partido. Estos dos goles dejaron herida a la Real, pero a pesar de ello pudieron empatar. La ocasión de oro la volvió a tener Juanmi, que tuvo en su cabeza el segundo pero el balón se marchó lamiendo el palo. El Barcelona no brilló pero tiró de oficio para sacar los tres puntos cuando peor se había puesto las cosas. Eso también tiene su mérito.