EUROCOPA 2016

El récord que Cristiano quiere quitarle a Platini en su propia casa

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Platini entrega a Cristiano el premio a Mejor Jugador de Europa. (Getty)

“En el deporte siempre hay alguien mejor que tú”. Lo dijo Woody Allen y no tendrá más remedio que interiorizarlo Michel Platini. El francés, otrora mito de la pelota, ahora inhabilitado por corruptelas en su ejercicio de presidente UEFA, sorprendió en 1984 con una exhibición sin precedentes previos ni imitaciones posteriores: anotar nueve goles en cinco partidos en la primera y última Eurocopa de la que fue partícipe, ganada en consecuencia por Francia, anfitriona, que destrozó los sueños españoles en la final.

Suele ocurrir que lo que se da por imposible acaba por no serlo: si tarda más en producirse es porque borrar el ‘im’ a veces se complica más de lo normal. Cristiano, que ya ha superado en Francia 2016 el récord de partidos disputados con Portugal y el de partidos en Eurocopas, no tiene fin: su próximo objetivo, en paralelo al pase a semifinales, es dejar atrás el hasta ahora inigualable registro goleador de Platini. La suma de las dianas en las cuatro ediciones en las que ha estado presente el ‘7’ da un total de ocho goles (dos en 2004, uno en 2008, tres en 2012 y dos -por ahora- en 2016), a uno de igualar el récord del francés y a dos de batirlo. Con los dos últimos tantos, ante Hungría en el último partido de la fase de grupos, dijo adiós al Cristiano errante de los dos primeros duelos y salvó a su país de una vuelta a casa prematura.

La venganza, en plato frío

A Cristiano, la memoria, como la puntería, no suele fallarle. Acostumbra a guardarse las afrentas muy adentro para pasar revista cuando las cosas salen como espera. Y Platini es una de sus cuentas pendientes. Ha pasado ya año y medio, tiempo insuficiente para que el luso haya olvidado el patoso discurso del francés a finales de 2014, cuando, pese a ser presidente de la UEFA, se pronunció a favor de que el Balón de Oro acabase adornando la vitrina de un jugador alemán que hubiera ganado el Mundial de Brasil.

Tan mal sentaron a Cristiano y al Real Madrid esas declaraciones, inútiles a la postre porque el portugués se llevó la pelota dorada, que el club blanco emitió un comunicado que sirvió de queja formal por lo ocurrido. El enfado fue tan evidente que el jugador no hizo nada por disimularlo públicamente, dejando con el molde al dirigente cuando quiso saludarle en la entrega de medallas del Mundialito 2014. Ahora, Cristiano tiene la oportunidad de ajustar cuentas con Platini en el lugar más indicado para ello: en el césped y con un balón de por medio. Y además, carambolas del destino, en su propia casa.

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