El Mutua Madrid Open se blinda contra el coronavirus en la vuelta del público

El Mutua Madrid Open abre las puertas a los espectadores, con un aforo del 40% explicado desde los protocolos de seguridad que quieren hacer del torneo de la capital un ejemplo en términos de organización y seguridad

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Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Madrid vuelve a ser la capital mundial del tenis, después de un año de ausencia obligada por el coronavirus. El Mutua Madrid Open abre las puertas a los mejores tenistas del planeta, pero también a un cupo, limitado pero considerable, de aficionados que darán color a uno de los grandes eventos deportivos de la ciudad, un torneo que además de un gran espectáculo, también es seguro para todos aquellos que decidan acudir a verlo en directo.

OKDIARIO se introdujo en la Caja Mágica como espectador en el primer día de competición en el cuadro final del torneo. La jornada inaugural en la competición femenina tuvo como principal aliciente la presencia de público, con un 40% de aforo máximo de espectadores estipulado por la organización, y todos ellos debiendo cumplir las medidas de prevención a las que obliga la permanencia de la pandemia del coronavirus.

El Mutua Madrid Open quiere ser un gran torneo pero sobre todo, en este 2021, un torneo ejemplar en cuanto a medidas anti-Covid se refiere. Por ello, la seguridad de cara a evitar contagios se encuentra representada casi en cada metro cuadrado de las instalaciones de la Caja Mágica, desde el parking hasta las pistas de juego, en cuyas gradas existe la necesaria separación en pos de prevenir un posible brote que acabe con el torneo.

Nada más entrar al recinto, en caso de llegar con coche, los trabajadores que normalmente dan acceso al enorme parking de la Caja Mágica ven duplicado su número. En primer lugar, se procede a la toma de temperatura de los asistentes y si todo está en orden, se pasa a una segunda parada, metros delante para evitar aglomeraciones, donde se divide la entrada para el pago por el aparcamiento. Un año más, el precio del parking por un día de competición es de 20 euros. Existe otro puesto de toma de temperatura coincidente con la zona de taxis y VTC, siempre numerosas en el torneo, así como en la entrada posterior, más cercana al barrio de San Fermín.

Una vez aparcado el vehículo, el camino hacia la entrada es calcado al de otras ediciones, hasta los metros anteriores al acceso a la Caja Mágica. Entonces, nos encontramos con carteles en el suelo que incitan al respeto de la distancia y que se reproducen hasta que el espectador se choca con los empleados de seguridad, encargados de cachear al individuo y pedirle el Documento Nacional de Identidad, novedad en esta edición ya que las entradas son personales e intransferibles, en pos de un control exhaustivo y de rastreo en caso de contagio Covid.

Temperatura en el parking… ¿y en la entrada?

Está previsto en la organización una segunda toma de temperatura antes de la entrada al recinto, pero en la matinal del jueves, los más madrugadores se libraron de ello. Así las cosas, cada espectador tendrá asignado un asiento correspondiente con la entrada y la pista por la que haya pagado, en unos primeros días a precios más que asequibles, por los que se puede ver el mejor tenis del mundo.

La venta de entradas, vía internet, incluye un dispositivo por el cual quedan bloqueados aquellos sitios alrededor del solicitado, manteniendo la distancia social entre espectadores, obligada para la vuelta del público a los escenarios deportivos. Si bien en el Estadio Manolo Santana se es más exhaustivo con la distancia y la colocación de espectadores, en las otras dos pistas principales, el Estadio Arancha Sánchez Vicario y el Estadio 3, hay mayor libertad en estos primeros compases, que se irá limitando según haya mayor afluencia de espectadores.

El aforo del 40% de espectadores apunta a cumplirse con creces, toda vez que las entradas están prácticamente agotadas para la pista central, donde se juegan los principales partidos de cada jornada. Las canchas auxiliares y exteriores quedan habilitadas para los partidos de los primeros días, como es habitual, con una novedad. Al no haber control de aforo en ellas, los asientos están colocados estratégicamente en grupos de dos con distancia suficiente para garantizar, también ahí, la seguridad en el torneo, donde también adquieren importancia los dispensadores de gel hidroalcohólico, numerosos por las toda la instalación.

Comercios abiertos y staff con PCR

Madrid abre las puertas al mejor tenis del planeta y una parte imprescindible del torneo son sus comercios. El Mutua Madrid Open va un paso más allá en comparación con el Trofeo Conde de Godó y se permite la posibilidad de habilitar sus habituales espacios comerciales y de restauración, con mesas separadas y constantemente desinfectadas, garantizando el consumo y la prestación de servicios a los espectadores. Un win-win siempre que, como es el caso del Masters 1000 de Madrid, la organización lleve un plan trazado con exactitud. 

El staff del torneo es numeroso y preparado, también con su pasaporte de salud. Todo empleado, de seguridad, logística o restauración, pasa un PCR y una prueba de antígenos mínimo cada siete días, es decir, dos durante la duración del torneo, mientras que recogepelotas y jueces de línea y silla también están testeados de forma constante, para dejar la Caja Mágica libre de coronavirus, sobre todo en aquellos que tienen un mayor contacto con los tenistas.

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