Mucho Pogba para tan poco United
Paul Pogba, objetivo número uno de Zidane para el Real Madrid, fue el jugador más destacado de un Manchester United menor, un equipo que se le ha quedado muy pequeño al centrocampista francés
Pogba se vació. Corrió, rascó y jugó por él y por todos sus compañeros, pero este Manchester United se le ha quedado pequeño. Es un gigante jugando al lado de pigmeos. No es de extrañar que esté como loco por irse al Real Madrid.
Pogba tiene pinta de crack. Tiene estatura de crack, camina como un crack, presiona como un crack y la toca como un crack. El francés puso su larguísimas piernas en el centro del campo de Old Trafford y empezó a taponar agujeros para evitar, de forma preventiva, que la pelota llegara a los delanteros del Barça.
Pero, además de correr, Pogba también juega. Y juega de narices. En el minuto 7 filtró un pase a Rashford de esos que filtraba Iniesta antes de que se le pusiera el pelo blanco. Luego le metió un tantarantán a Busquets porque Pogba también rasca.
Pero Pogba juega en una banda de equipo. Se entiende que esté como loco por irse al Real Madrid porque este United se le ha quedado pequeño, como a Pau Gasol unas zapatillas del número 36. Pero Pogba no se rindió. Siguió presionando él solo y consiguió provocar una pérdida de Busquets que le costó una amarilla al azulgrana que, dicho sea de paso, habría sido la segunda si Rocchi no le hubiera perdonado una a los tres minutos.
Pogba corre por él y por todos sus compañeros
Repitió escena en el 26 Pogba, que protagonizó una presión altísima para robar la pelota a Lenglet en el área del Barcelona. Otra vez la torpeza de los compañeros abortó el peligro de su presión. Él seguía a lo suyo. Correr y jugar por él y por todos sus compañeros.
Pero los minutos pasaban y Pogba se fue al descanso vacío después de haberse dejado hasta los higadillos sobre el césped de Old Trafford. Comenzó el segundo con la misma tónica. Pogba matándose a correr pero peor acompañado que un chuletón con ensalada.
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