COPA DEL REY / 16AVOS DE FINAL

Memphis evita la demolición del Atlético

Dos goles del holandés en la segunda parte evitan un ridículo espantoso en Lugo

Los gallegos mandaron un balón al travesaño con el 1-1 en el marcador

Escandaloso González Fuertes: el 1-1 llegó tras un penalti no pitado a Correa

Memphis Atlético
cronica Latigo CHAMPIONS INTERIOR
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

Memphis evita la demolición del Atlético y le ahorra al equipo la vergüenza de una nueva eliminación copera. Dos goles del delantero holandés en la segunda parte, en dos de las pocas llegadas del equipo de Simeone, bastaron para doblegar a un Lugo entusiasta que fue mejor en muchas fases del partido y que estrelló un balón en el travesaño con 1-1. Eso sí, su gol llegó inmediatamente después de que González Fuertes se hiciera el loco ante un penalti escandaloso del portero local a Ángel Correa.

A Simeone el dibujo previo de partido no pudo haberle salido mejor. A los dos minutos Saúl habilitó a Galán y éste le entregó un balón de gol a Correa para que el argentino abriera la lata y ahuyentara a los fantasmas…de momento. Un tanto fabricado y ejecutado por tres suplentes con ganas de reivindicarse y un resultado que se ponía de cara incluso antes de haberlo previsto. Mejor arranque, imposible.

El 0-1 pareció pronosticar una tarde tranquila para el Atlético, pero ni siquiera el gol le dio estabilidad a un equipo que está en su peor momento de la temporada. El remate de Correa sería el único entre los tres palos de una primera mitad infame en la que salieron a flote de nuevo todos los defectos del equipo en general y de algunos jugadores en particular. La actuación de Soyuncu y Saúl fue espantosa, pero es que el resto tampoco estuvo para tirar cohetes con la única excepción de Riquelme, el único con el punto de motivación mínimo para afrontar el partido.

El Lugo, que se había visto obligado a agachar la cabeza nada más pisar el campo, fue poco a poco advirtiendo que estaba en disposición de presentar batalla y acabó sacudiéndose los complejos. A los 35 minutos, tras un saque de falta de Jozabed contra la barrera, el balón le llegó en el segundo palo a Antonetti, cuyo disparo sacó bajo los palos Giménez cuando Oblak ya estaba batido. El Anxo Carro se lamentó por la ocasión perdida sin imaginarse que pronto iba a tener ocasión de explotar.

A los 39 minutos un error en el control del portero del Lugo Gonçalo Tabuaço le obligó a derribar a Correa en el área. El penalti fue clarísimo, pero siguiendo su costumbre González Fuertes se quitó de en medio y en la jugada siguiente, en la otra área, Antonetti encaró a Soyuncu, le hizo quedar en ridículo, y tras deshacerse del turco remató raso a un lugar al que no llegó un Oblak de nuevo demasiado lento. El gol del empate.

Simeone, hecho mil demonios, no hizo prisioneros en el descanso. Soyuncu, Correa y un muy golpeado Riquelme se quedaron en el vestuario y se incorporaron al partido tres titulares como De Paul, Koke y Griezmann con la misión de solventar la papeleta y dejarse de tonterías. Un movimiento imprescindible a la vista de la ruina absoluta que había sido la primera parte rojiblanca.

Pero ni siquiera con sus estrellas el Atlético fue reconocible. A los 54 minutos, tras un saque de esquina, el Lugo remató al travesaño y de nuevo Giménez evitó un mal mayor para desesperación del banquillo rojiblanco, impotente para conseguir que los jugadores se activaran en el partido. El Cholo llamó a Llorente y le ordenó que se pusiera la camiseta, pero cuando ya estaba a punto de incorporarse al partido Koke advirtió que Memphis transitaba solo en el área y le entregó el balón al holandés para que éste, tras un regate, soltara un disparo que tras tocar en un defensa se incrustó en la red en la primera llegada rojiblanca de la segunda parte.

El 1-2 fue, ahora sí, una losa demasiado pesada para un Lugo que había agotado todos su recursos. El Atlético, con la lección aprendida, no le dejó acercarse a su portería y poco después una cabalgada de Llorente por la derecha acabó con el balón a los pies de Memphis, que hizo gala de nuevo de su virtud estrella, el disparo, para  situar en el marcador un 1-3 definitivo que sitúa al equipo en octavos de final de la Copa y apacigua de momento, a la espera de la próxima Supercopa, una crisis que le tiene fuera de la pelea por la Liga e incluso de las plazas Champions.

 

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