Honda se afina en el McLaren y Vettel se cuela en el cuento feliz de Mercedes
Como diría Mourinho, esto tiene “un sabor diferente”. Tan sólo un día puede marcar la diferencia entre el arrastrarte el resto de la temporada o, por lo menos, pelear con tus competidores. No hay que lanzar arroz todavía en señal de festejo esponsal entre McLaren y Honda, pero vayan preparando las flores. Un número, 83 vueltas, son el clavo ardiendo de la fiabilidad al que se han de agarrar para salvar un amor torturado por abandonos durante el 2015.
Hace un año la pareja de baile parecía Chris Martin en la Super Bowl: cada uno iba a su bola. En la primera jornada de test en Jerez tan sólo pudieron dar 10 vueltas envueltas en cientos de problemas mecánicos y un motor que no dejaba de echar humo. En la jornada del lunes se aventuraron a rodar 83 vueltas sobre el necesitado de ruido Circuito de Montmeló. Empezaron con algún fantasma merodeando su box, dos horas parados por un fallo en un sensor, pero luego nadie pudo parar al MP4-31.
Cambio de motor Honda la siguiente semana
Los tiempos de Jenson Button no han sido tampoco para poner la máquina de humo de Arai a funcionar: sexto, con un 1:26’.735, a casi dos segundos del Cavallino Rampante. Pero las sensaciones que se respiran por el paddock difieren de épocas pretéritas. El sonido del Honda RA616H es más potente que su predecesor. El McLaren suena muy fuerte e impresiona en RPM. Y eso que no están con el corazón definitivo: la semana siguiente habrá trasplante pensando en más potencia. Con la recogida de datos se elaborará la última receta de motor para Australia.
Así las cosas, y mientras los de Woking continúan luchando como Di Caprio en El Renacido, el cuento feliz de la F1, por eso de saber como acabará, marcha con el príncipe alemán ya pensando en como besará a la novia delante de las cámaras. Mercedes asusta como está acostumbrado hacer desde que se habló de V6 Turbo. Dominan en fiabilidad y rendimiento con una superioridad notable respecto al resto. Tan sólo el Ferrari ‘colchonero’ se acerca al pánzer alemán que se ha marcado 150 vueltas. Vettel ha marcado el mejor tiempo (1:24.939) haciendo del dragón que complique la historia. Su sombra, Hamilton (1:25.409).
Y todo esto sólo en un día. Todo análisis nunca será completo hasta que finalicen las dos jornadas de test y comience la melodía desafinada turbo a desfilar por el Albert Park. Detalles: lo bonito que es el Red Bull tanto en los colores como en su diseño aerodinámico. Una delicia al que sólo le falla el interior. Aún así marcó el tercer mejor tiempo del día con un 1:26.044. Carlos Sainz estrenó el STR11, desierto de publicidad, con avería. Antes rodó 55 vueltas y marcó el 7º crono (1:27.180). El dulce aroma a alquitrán ya está aquí y esta vez, la comedia romántica de Mercedes puede tener algún sobresalto.